Los altos cargos de Podemos condenados a trabajar en Mallorca tras haber sido expulsados por los votantes de sus comunidades autónomas, cobran un sobresueldo miserable de 22.000 euros. Todos estamos de acuerdo en que una persona de fuera merece ganar más que un mallorquín, pero esta superioridad innata impide que ningún mallorquín trabaje en la península.