Mallorca en la moción de censura: Tamames prevé hablar de la "sinrazón lingüística" en Baleares

El candidato de Vox también se referirá a la "endogamia del profesorado" y al hundimiento de la universidad, además de señalar el problema de la vivienda

Ramón Tamames, junto a Santiago Abascal.

Ramón Tamames, junto a Santiago Abascal. / David Castro

Redacción

Mallorca será una de las zonas singularizadas por Ramón Tamames, dentro de la moción de censura que presenta al Gobierno de Pedro Sánchez. El candidato de Vox criticará con dureza la política lingüística desarrollada en Balears, a la que culpa de todos los males educativos. A cambio, también señalará los graves problemas de vivienda que sufre el archipiélago. Y ademas, ha citado a un eminente profesor de origen mallorquín como germen del espíritu que anima su propósito inverosímil de llegar a La Moncloa.

La divulgación del discurso que pronunciará Tamames, que puso el texto en manos de personas de poca confianza y que ha autentificado con posterioridad el discurso publicado por eldiario.es, ha permitido descubrir sus referencias específicas a Balears, más abundantes que a otras regiones. La primera mención se produce en el capítulo de «Educación de pobres y ricos», donde se culpa a las leyes lingüísticas de la comunidad del hundimiento universitario del país.

Tamames parte del supuesto de que «la universidad española no figura en los puestos más honorables de los rankings preparados ad hoc, el más destacado de ellos el de la Universidad de Shanghái». Entre las razones del descalabro estatal, dedica especial atención a la «endogamia del profesorado en determinadas comunidades autónomas por sinrazones lingüísticas, como Cataluña y Balears».

No abundan los apartados en los que Tamames coincide con las líneas directrices de Vox, pero la sintonía es absoluta en materias lingüísticas y nacionalistas. El ámbito catalán criticado en apartados como «Ley electoral y fuerza política de los separatistas» reaparece en varios epígrafes de su discurso, y golpea a Balears en el capítulo de la educación.

La segunda referencia a Mallorca del candidato a La Moncloa se centra en Palma, y está condensada en el apartado «Vivienda: un grave problema a intentar resolver». Al margen de la gramática descabellada, el catedrático señala que «la población tiende a concentrarse en las ciudades más dinámicas», y señala que «en España son Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Málaga, Alicante y las capitales de los dos archipiélagos».

Tamames no advierte que la mitad de las ciudades que nombra, incluida «la capital del archipiélago balear», tienen una lengua oficial y propia distinta del castellano. Por lo visto, este factor no repercute negativamente en el «dinamismo», a diferencia de lo que ocurre con el colapso educativo que denuncia.

El candidato se muestra en este apartado en sintonía con la situación crítica de Mallorca, al destacarla entre las zonas que demuestran que «actualmente en España la vivienda es un problema grave, especialmente para la población más joven». Tamames se escandaliza ante el casi imposible acceso a una casa, dado que «los precios medios de la vivienda subieron un 12,5 por ciento en 2022, el mayor aumento de la última década».

Sin embargo, la definición en sus términos de un problema real no impide a Tamames desviarse de inmediato hacia la línea argumental de sus patrocinadores de Vox. Así, entre las causas y no efectos del problema de la vivienda, «no cabe silenciar el tema de las okupaciones». La reducción de la crisis habitacional a un problema de orden público es nuclear en su aportación.

Si el discurso de Tamames singulariza a Balears en los apartados de lengua y vivienda, la presentación en el Congreso de su moción de censura sirvió de homenaje a un jurista de origen mallorquín, convenientemente olvidado en su tierra de procedencia. El candidato de Vox compareció el pasado jueves ante los medios escoltado por Santiago Abascal, y fue incapaz de retener ni una sola de las preguntas que se le plantearon, que le tuvieron que ser repetidas.

En un momento de su regreso al Parlamento donde fue diputado, el catedrático de 89 años aseguró sentirse como si tuviera 17. Citó su experiencia universitaria, y se enorgulleció de haber sido alumno de Jaime Guasp, catedrático de Derecho Procesal en las universidades de Barcelona y Madrid. El aludido tenía origen mallorquín, aunque nació en Vigo porque era el destino de su padre.

Guasp estuvo considerado durante décadas como la figura de referencia en el derecho procesal civil. Fue nombrado decano de la facultad correspondiente de la Universidad de Madrid, en el intento aperturista del ministro Joaquín Ruiz-Giménez. El candidato a La Moncloa evocó esta etapa como el inicio de sus sueños de una España democrática. Emparentó en su cita al catedrático de linaje mallorquín con destacados demócratas del tardofranquismo.   

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