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Eduardo Robsy: «Los extranjeros no compran ahora segunda vivienda, sino la principal»

Eduardo Robsy (Maó, 1976) se licenció en Dirección de Empresas en Deusto, donde realizó un MBA, y ahora está a punto de acabar Derecho en Palma. Fue director general de Vivienda y Arquitectura del Govern hasta el pasado mayo, cuando dimite «porque tenía unos recursos muy limitados».

Eduardo Robsy. Manu Mielniezuk

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Nos echarán de casa?»

Espero que no, pero cada vez será más difícil acceder a una vivienda por dos factores, un aumento de la población en Balears que el INE cifra en un 25% y el hecho de que los extranjeros ya no buscan la segunda residencia, sino la principal, para instalarse y trabajar aquí gracias a las conexiones en transportes. Y no podemos competir con ellos.

Todos sabemos que no se limitarán las ventas a extranjeros.

Estoy convencido de que es así. Se hace demagogia y no hay ningún margen para la limitación. Europa supone la libre circulación de personas, capitales y trabajadores, no podemos ponerle puertas al campo.

Hasta el PSOE vende su sede a un alemán.

Sí, es llamativo pero sintomático de la dinámica que estamos viviendo, la mayoría de compradores son no residentes.

¿Limitar los alquileres es más realista?

Es algo que he estudiado con cierto detalle, y se podría hacer sin depender de la ley estatal atascada. Balears puede regular los precios del alquiler, siempre que se haga en zonas definidas y en tiempos muy concretos, sin una aplicación indefinida. Y sabiendo que no es la solución.

Usted tiene una teoría sobre la difusión insular de la saturación.

Hay un decalaje de un par de años entre las islas. El problema de la vivienda estalla en Ibiza y Formentera, de ahí se traslada a las zonas calientes de Mallorca, como Palma, su área de influencia y Calvià. Y finalmente a Menorca, más protegida por su modelo territorial.

¿Menorca volverá a ser francesa?

Los datos apuntan en esa dirección. Se ha notado la mejora de la conectividad, un factor esencial. Los franceses evitan la Costa Azul porque se sienten más seguros en Menorca.

¿Quiere decir que temen a factores como el auge del islamismo?

Así es según sus comentarios, apelan a la seguridad porque no están tranquilos en su país y buscan una residencia principal más agradable.

Somos tan burros, que nos congratulamos de que una casa se venda por diez millones.

Aquí está demostrado a nivel técnico que cuando el sector de lujo aumenta sus precios, produce un efecto de arrastre en el resto de segmentos. No podremos comprarnos una casa de diez millones, pero tampoco encontraremos un piso de 150 mil euros, que pasará a costar trescientos mil.

¿Por eso dimitió de director general de Vivienda?

No me hacen dimitir los problemas de los que era consciente, porque asumí la responsabilidad sabiendo que no sería un paseo militar. Vi que estaba muy limitado en cuanto a recursos, lo cual no me permitía hacer mi trabajo. Dimití por responsabilidad.

Me dijo que usted había sido un «iluso».

Me refería a la entrada en política, un mundo complicado para quienes tenemos un perfil técnico, aunque con una ideología definida. Nunca he militado en un partido ni creo que lo haga.

¿Se siente responsable de la situación actual de la vivienda en Balears?

Hice todo lo que estaba en mi mano con los recursos de los que disponía. El sector público es un actor pequeño, con la limitada capacidad financiera del Govern en comparación con las cifras que mueve el sector de la vivienda. La fuerza institucional está en las medidas restrictivas.

Las viviendas vacías garantizan un mínimo esponjamiento.

Soy bastante crítico con la idea de que llenarlas sea la gran solución. Se trata de movilizar, el término de moda, de ahí nuestra ley que contemplaba la posible expropiación a los grandes tenedores. Con esta cesión obligatoria para habitarlas se trataba de que los bancos no las dejaran indefinidamente vacías.

¿Es necesario sufrir atascos para crear rechazo y evitar el colapso?

No hacer nada no es la solución. Según la teoría liberal clásica, el mercado se autorregula por lo que, si los precios siguen subiendo es porque no se ha alcanzado el equilibrio. ¿Cuál es el precio final de una vivienda en Balears?

Córcega dobla casi en tamaño a Balears, y tiene 350 mil habitantes.

También se nos puede comparar con Malta, en el otro extremo. Pero sí, la presión demográfica es muy alta. Además de la vivienda están el agua, la depuración, la energía, el transporte, la educación o la sanidad. Y nos prometen 300 mil habitantes más en quince años.

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