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opinión

¡A Juli Fuster no le hacía falta!

AJuli Fuster no le hizo falta favorecer a su hija la Dra. Mireia Fuster en la Oferta Pública de Empleo (OPE) 2018. ¿Por qué? Pues porque ella hizo uno de los mejores exámenes de esa OPE.

¿Qué cómo lo sé? Pues porque era miembro de ese tribunal de la OPE de Anestesiología y Reanimación, y una vez levantadas las plicas supimos que ese muy buen examen correspondía a ella.

Ah, está claro: ¡Sabía las preguntas! Pues no, señor/a, no sabía las preguntas nadie excepto los miembros del tribunal y, además, preparamos muchas preguntas. Al azar, el día del examen, se eligieron (por parte de un concursante también al azar, a riesgo de ser redundante), las que fueron finalmente las propias de esa OPE. Explicamos, aunque no lo pusiese en el BOIB, que el examen era anónimo, antes del mismo y, en cada una de las aulas en que se realizó la OPE.

¡Usted está haciendo la pelota» al IB-Salut, al señor Fuster o al PSIB… o al Govern! Pues no señor/a, no obtendría nada a cambio a estas alturas. Ya estoy jubilado y fuera (oficialmente que no de convicción) del Sistema Nacional de Salud (SNS). Ejercí de Jefe de Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario de Son Llàtzer desde el 2005 hasta el 2020, y me formé como MIR, adjunto y jefe de sección en Barcelona años antes. Ah, y aunque no tengo adscripción política alguna, cuando me ‘ficharon’ en 2005 gobernaba el PP.

Viví y colaboré con diferentes gerencias de todo color político durante esos años, siempre pensando en servir al paciente del mejor modo posible y de acuerdo a mis convicciones éticas y vocacionales. A veces lo hice peor y a veces mejor, pero siempre bajo ese manto de mi conciencia y mis valores para con el otro. Tuve el honor de ser profesor de la Facultad de Medicina de la UIB y traté de inculcar esos mismos valores (¡viva la libertad de cátedra!) a los futuros médicos.

Siempre creí y sigo creyendo en la igualdad, la capacidad y los méritos, como pilares de la selección de profesionales en el SNS, aunque haya perdido algo de ingenuidad con los años y haya sufrido en mis propias carnes el que ello no siempre es respetado.

Juli Fuster no intervino en absoluto en el examen y fuimos nosotros los miembros del Tribunal los que decidimos no evaluar los exámenes firmados (y por tanto excluir a los concursantes que lo hicieron), ya que se perdía el anonimato en la evaluación si ello ocurría.

¿Qué cómo sé entonces que la doctora Mireia Fuster hizo uno de los mejores exámenes? Pues porque una vez evaluados todos ellos, abrimos la plica y supimos a qué candidato correspondía cada examen, con su nota puesta en él cuando este era anónimo.

Posteriormente, el tribunal al completo recibimos a los concursantes que alegaron, y lo hicimos en Mallorca, Menorca y Eivissa. En el caso de los candidatos con exámenes firmados explicamos claramente el motivo de exclusión: pérdida de anonimato, lo que sí que podía favorecer o perjudicar, a unos sobre otros. Que posteriormente ello haya sido refrendado por Servicios Jurídicos del IB-Salut y que finalmente Juli Fuster firmase algo en relación a ello, a instancia de estos, no variaba en absoluto la esencia de la evaluación realizada por el tribunal en la OPE.

Entiendo que con el déficit de profesionales médicos que hay actualmente en el SNS puedan variar algunos aspectos selectivos en el futuro (notas de corte en la carrera de Medicina, tipos de contratos de los profesionales, retribución a nivel Comunidad Europea – ojalá -), pero la igualdad, capacidad y méritos deberían ser siempre respetados. En el caso que nos ocupa, se respetaron absolutamente. Juli Fuster no intervino en absoluto en el proceso de evaluación (que es lo que importa). La doctora Mireia Fuster hizo un examen excelente y la felicito por ello. La sentencia del Tribunal Superior ha evaluado solo el aspecto formal de la firma del director del IB-Ssalut al final del proceso, ratificando nuestra opinión como tribunal, destacando que esa firma en un concurso en el que su hija participaba no respetaba estéticamente la igualdad, la capacidad y los méritos, cuando de hecho la suerte ya estaba echada y ratificado por nosotros, el tribunal de la OPE.

La verdad sea dicha, la gestión realizada por el señor Juli Fuster es, junto con la de Sergio Bertrán y Pep Pomar, de las mejores que he vivido como profesional dentro del IB-Ssalut (insisto en que ya no estoy ahí y en que todo es opinable y mejorable, por supuesto).

¡A Juli Fuster no le hacía falta!

A él no, pero a mí si me hacía falta, por respeto al ciudadano, al SNS y a mis valores, manifestarme e intentar poner cada cosa en su sitio y aclarar la situación creada en prensa.

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