La mesa redonda organizada esta tarde por el Colegio de Farmacéuticos de Balears en la que se ha debatido sobre la sostenibilidad del sistema sanitario público de este país y cómo habría que afrontar un cambio de modelo de la forma menos gravosa posible ha concluido que hay que gestionar la sanidad en función de sus resultados, de su eficacia, en vez de como hasta ahora por el volumen de pacientes atendidos.

La consellera Gómez escucha atentamente el parlamento del exconseller catalán. | COFIB

Moderado por el exsubdirector de este diario, Joan Riera, el debate ha contado con la presencia del exconseller de salud de la Generalitat de Catalunya Boi Ruiz; la consellera de Salud, Patricia Gómez; el catedrático de Economía Aplicada de la UIB, Antoni Riera, y el presidente del Colegio de Farmacéuticos, Antoni Real.

Y el propio Ruiz ha estimado que la sostenibilidad actual del sistema sanitario público de este país, la que denominó «la mala salud de hierro de nuestro sistema nacional de salud», se sustenta entres pilares: los emolumentos más bajos que perciben los facultativos de este país en comparación con los sueldos de sus compañeros europeos, el precio más bajo de los medicamentos que consumen un 30% del gasto público sanitario y la llegada de fondos europeos para invertir en tecnología sanitaria.

Para el exconseller, la atención universal de nuestro sistema de salud genera una cohesión social creadora a su vez de riqueza, por lo que ha apostado por políticas transversales de promoción de la salud que impliquen a varios ministerios.

La consellera, por su parte, ha abogado por hacer entender a la población en estos tiempos de inmediatez que no todo es urgente, que hay procesos que pueden esperar y que, en ocasiones, es mejor no hacer nada que medicar o someter a un paciente a una prueba diagnóstica innecesaria. Entre otros de los principales problemas que tiene la sanidad pública ha citado la falta de profesionales y la lentitud de la que adolece en ocasiones la administración sanitaria.

El catedrático Antoni Riera ha apuntado a que la universalidad del sistema sanitario se enfrenta al constante reto del crecimiento poblacional, escollo que solo se podrá sortear haciendo más eficiente el gasto sanitario mientras que el presidente de los farmacéuticos Antoni Real destacó que las farmacias comunitarias cada vez juegan un papel más proactivo en la tarea de velar por la buena salud de los ciudadanos, en promover la salud en lugar de centrarse en curar la enfermedad.

Centrados en patologías agudas

Y es que si la consellera Gómez ha lamentado el escaso presupuesto del que dispone su dirección general de Salud Pública para aumentar las acciones dirigidas a la promoción de la salud, algo que admitió que choca contra los intereses de grandes consorcios, el doctor Boi Ruiz ha subrayado que «la obsolescencia de nuestro sistema sanitario nos genera una gran ineficiencia» recordando que, aún hoy, «tenemos un sistema pensado para atender patologías agudas de gente joven» cuando la realidad social es otra muy diferente: las personas cada vez viven más y quieren hacerlo con mayor calidad de vida.

Ya para concluir, todos los ponentes han abogado por un gran pacto de Estado que, huyendo de las diferentes sintonías políticas, encuentre soluciones duraderas para la sanidad de este país.