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Mesquida sostiene que en bares y restaurantes y en el ocio nocturno la mascarilla ya es testimonial.Margalida Salas

«Había que retirar la mascarilla en algún momento, estamos bien»

Xavier Mesquida, coordinador covid en el hospital de Manacor, apoya el levantamiento de la restricción en interiores aunque discrepa con los plazos

La decisión del Consejo Interterritorial de Salud de levantar la obligación de llevar la mascarilla en espacios interiores a partir del próximo 20 de abril, una vez concluida la Semana Santa, ha sido recibida con opiniones divergentes por parte de algunos de los profesionales sanitarios consultados.

Así, el microbiólogo y coordinador covid del hospital de Manacor, Xavier Mesquida, defiende que en «algún momento había que retirarla. Es la primera medida de impacto global en la población general y la situación asistencial es buena, nuestro hospital no sufre por una gran cantidad de pacientes covid como lo ha hecho en fases anteriores», ha señalado revelando que, en estos momentos, el centro comarcal no tiene a ningún paciente con la enfermedad pandémica en su unidad de cuidados intensivos.

En lo que sí discrepa este experto es en los plazos. Así, Mesquida hubiera retirado la mascarilla de los espacios interiores en estos momentos, en la actualidad, y evaluaría las consecuencias epidemiológicas del levantamiento de la restricción dentro de dos o tres semanas.

Sin evaluación posible

¿Cómo? Con las pruebas diagnósticas y los aislamientos de los casos positivos que se han eliminado para la población general hace precisamente un par de semanas, en lo que supuso un cambio en los protocolos vigentes hasta el momento y un paso hacia la gripalización de la covid-19. «Ahora ya no podremos evaluar las consecuencias de la medida porque con el nuevo protocolo hemos perdido el control de la evolución de la pandemia», sostiene.

Hecha esta precisión, este profesional señala que ahora es tan buen momento como cualquier otro para retirar una obligación de la que la gente está muy cansada, reitera.

«Porque seguimos sin ver un impacto fuerte de la pandemia en los hospitales. A ver, sigue habiendo casos, todos conocemos a alguien que se ha contagiado. Pero son más leves. Es indudable que la vacunación masiva unida al hecho de que la variante ómicron puede ser más contagiosa pero no más grave, han aliviado la situación asistencial», argumenta.

Asimismo, Mesquida afirma que ya pocas personas las llevan en bares y restaurantes, «los lugares donde interactuamos más. Nos la quitamos para tomarnos la primera cerveza y ya no nos la volvemos a poner hasta que vamos, siempre solos, al aseo. De la misma manera, dudo mucho de que en el ocio nocturno se siga cumpliendo la obligación de llevarla».

Advierte no obstante de que, en caso de que aparezca una nueva variante no solo más contagiosa sino que también cause una patología más grave, «habrá que reevaluar el levantamiento de la restricción».

Quien no tiene las cosas tan claras es uno de los profesionales sanitarios que ha visto bien de cerca las orejas del lobo de la covid-19, el jefe de la UCI de Son Espases Julio Velasco.

«Sabemos que hay gente que continúa infectándose y nosotros tenemos todavía a nueve pacientes con covid-19 en la UCI. Por eso me parece bien que siga siendo obligatoria en los interiores de los hospitales porque atendemos a personas enfermas e inmunodeprimidas a las que les puede hacer mucho daño. Y yo, personalmente, voy a seguir llevándola en espacios interiores y cuando camine por calles muy transitadas», adelanta.

Consecuentes

En opinión del intensivista jefe, «los médicos que hemos vivido en primera línea la covid deberíamos ser consecuentes y, en sitios cerrados, seguir llevándola. Porque la covid-19 sigue ahí, tengo a gente de mi servicio contagiada», revela.

Su homóloga en el hospital de Son Llàtzer, la doctora Gemma Rialp, no quiso pronunciarse sobre una medida que, subraya, es competencia de los epidemiólogos. Preguntada si en su UCI queda algún paciente covid, admite que sí, que cuatro, pero matiza que son «de larga evolución», de anteriores oleadas pandémicas.

Ya por último, la consellera de Salud, Patricia Gómez, ha señalado que Balears se plegará a lo que decidan los técnicos y que, en cualquier caso, la situación en las islas no es preocupante porque en las vacaciones de Semana Santa no se producen grandes movimientos de población como en la península.

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