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No sin mi hijo

La nueva unidad de Obstetricia de la Clínica Rotger ofrece la posibilidad de alumbrar sin separarse en ningún momento del bebé

Así es la nueva Unidad de Obstetricia de la Clínica Rotger de Palma

Así es la nueva Unidad de Obstetricia de la Clínica Rotger de Palma Bernardo Arzayus

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Así es la nueva Unidad de Obstetricia de la Clínica Rotger de Palma I. Olaizola

La planta de la Clínica Rotger donde está emplazada la unidad quirúrgica acoge desde mediados del pasado mes la nueva unidad de Obstetricia, un espacio con 5 habitaciones individuales donde las futuras madres podrán parir en un ambiente cómodo y cálido en el que la principal ventaja es que podrán alumbrar y descansar del parto sin separarse en ningún momento de su bebé.

El director médico de la Rotger, Federico Sbert, y la matrona jefa de la unidad, Maria Antònia Ramón, acompañan a este diario por las nuevas instalaciones ubicadas en la tercera planta de la clínica, por lo que todo el espacio asistencial goza de unas despejadas vistas y disfruta de buena luz natural.

Cada habitación cuenta con grandes bolas ergonómicas con las que las embarazadas ya están acostumbradas a lidiar durante sus cursillos preparto y de las que Sbert destaca que sirven para mejorar las contracciones y conseguir que la pelvis se dilate ligeramente para facilitar la salida de la cabeza del bebé. Sobre la cama pende la típica «liana» de la que se ayudan las gestantes durante el alumbramiento.

Y es que una vez que la embarazada entra en su habitación, el objetivo es que solo salga de ella con su hijo recién nacido en brazos para irse a su casa. Junto a la cama articulada donde se ejecutará el parto hay una cuna de colecho para que el neonato pase sus primeros momentos en este mundo junto a su progenitora.

Una proximidad que mejora tanto el inicio como la adaptación del bebé a la lactancia, fomenta el vínculo con la madre y consigue que el recién nacido duerma mejor, enumera la matrona Ramón las ventajas de estas cunas articuladas pegadas a la cama materna.

«La monitorización de la paciente es inhalámbrica, no hay cables que entorpezcan sus movimientos y la habitación cuenta con otra cuna, esta de reanimación neonatal en la que pediatra controlará la concentración de oxígeno del bebé, le aspirará las secreciones con las que haya podido salir del parto.... Y todo ello a menos de un metro de la madre. Porque el concepto de esta nueva unidad obstétrica es que el bebé no se separe en ningún momento de su madre», reitera el doctor Sbert, que revela que entre las nuevas prestaciones que ofrece la unidad se encuentra una muy peculiar: si la madre o el padre lo desean, ellos mismos pueden cortar el cordón umbilical.

Esa cuna cuenta con su propio sistema de calefacción para que los bebés sean atendidos a la misma temperatura a la que se encontraban en el vientre materno porque es importante que no pierdan calor mientras su sistema termorregulador esté inmaduro, explican.

En una de las habitaciones más amplias hay una bañera que está pensada para mejorar el proceso de dilatación de las pacientes y que, en condiciones muy concretas, puede ser usada también para el alumbramiento.

Junto a las cinco habitaciones individuales, a escasos metros, se encuentra el único quirófano existente en la unidad que está destinado a los partos en los que sea preciso realizar cesárea y, pegado a él, una sala de Reanimación individual para el neonato con un equipamiento de monitorización más complejo que el de la habitación y con una incubadora de transporte que Sbert no duda en calificar como «el ferrari» de estos aparatos.

Tras garantizar un parto seguro con unos profesionales experimentados y una tecnología puntera, ya solo queda proporcionar confort a la madre. Y para ello se ha dotado a cada habitación individual con luces que proporcionan un placentero efecto sensorial y con un servicio de aromaterapia con tres olores diferentes. Las paredes están decoradas con cuadros curvilíneos de José María Sicilia que evocan el embarazado y la fertilidad. Nada se ha dejado al azar.

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