La patronal hotelera considera que en los controles de entrada al archipiélago no ha de haber discriminación «por nacionalidades», además de que se deben extender a «todas las personas» que vengan. De ahí que los empresarios, por boca de su presidenta, María Frontera, exigen que se prolonguen ininterrumpidamente los requisitos de entrada segura con los pasajeros nacionales. La exigencia de test o prueba documental de vacunación o haber pasado la enfermedad para el mercado español está vigente hasta el 23 de agosto, y se prevé su prórroga. 

Por otro lado, la Federación Hotelera repasa el estado de las restricciones en los dos mercados emisores principales. Con Alemania, que desde el 27 de julio catalogó a Balears y el resto de España como zonas de alto riesgo, Frontera subraya que es «un respiro» para el turismo familiar que se haya ampliado hasta los 12 años la edad mínima para estar obligados a cumplir con la exigencia de test negativos al regreso.

Y el Reino Unido hoy será objeto de todas las miradas del sector, con la revisión que se prevé por parte del Gobierno de Johnson. Las islas aspiran a mantener el ámbar en el semáforo de viajes, en el que se encuentran desde el 19 de julio, clasificación que no implica cuarentena para los turistas vacunados. Con todo, no se logra que suban las reservas. La revisión de Londres, sea cual sea el resultado, «ya está influyendo», avisa Frontera.