La organización ecologista Terraferida manifestó ayer que el Plan General de Puertos de Balears, que fue presentado el jueves y prevé una inversión de 60 millones de euros, mantiene «objetivos incompatibles con la conservación del litoral y la emergencia social y climática» y anunció alegaciones al proyecto «para frenar la mercantilización del mar, conservar su riqueza, preservar los usos tradicionales marineros y las zonas de baño».
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Terraferida mostró su inquietud «por un plan que podría acabar teniendo repercusiones negativas en un litoral que ya está sometido a una presión enorme», aunque reconoció como rasgo positivo del proyecto que se comprometa «a no crear nuevos puertos deportivos en Balears ni tampoco a ampliar el espejo de agua de los actuales».
El nuevo Plan General de Puertos supondrá una inversión de 60 millones
Sin embargo, la agrupación ecologista criticó que el mencionado plan se plantee como objetivo explícito «ampliar el número de usuarios y el fomento del sector náutico deportivo». Y añadió: «El Govern plantea como un éxito haber realizado un estudio de la capacidad de carga del litoral y de los puertos. Este estudio se ha realizado con criterios que solo cuantifican la ocupación física de la costa y no tienen en cuenta los aspectos ambientales ni el interés social de la mayoría», afirmó la entidad. «El estudio renuncia a conocer qué aumento de actividad puede resistir el ecosistema marino y prefiere llegar a una cifra de su capacidad, especialmente para esloras de 25 a 75 metros», denunció Terraferida, que lamentó que «nuevamente se privilegia el uso del litoral para los más ricos frente a los usos populares y tradicionales, mientras se fomenta la mercantilización de las actividades recreativas».
Para la asociación, el plan logra la cuadratura del círculo: «Apuesta por el crecimiento del sector sin ampliar la lámina de agua de los clubes náuticos existentes», con medidas que incrementarán la «presión turística sobre el mar y la costa de Balears».