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María Frontera (izquierda), ayer en el Senado. | DM

María Frontera defiende en el Senado la compensación de la insularidad por parte del Estado

La presidenta de la Comisión de Turismo de la CAEB incide en que «ser un territorio insular no es ser débil, la debilidad la provoca ser un territorio inadecuadamente financiado»

La presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) y también de la Comisión de Turismo de la CAEB, defendió ayer en el Senado la compensación de la insularidad por parte del Estado. «Nuestra situación es fruto de un déficit estructural permanente que en el caso de Menorca y Eivissa se agrava por la doble insularidad y triple de Formentera», señaló.

Así se expresó en el marco de la Ponencia del estudio sobre insularidad y la situación periférica de las ciudades de Ceuta y Melilla, constituida en el seno de la Comisión de Despoblación y Reto Demográfico. En este sentido, Frontera trasladó su satisfacción por que se debata esta cuestión también desde la vertiente turística: «Aunque las administraciones se ponen medallas aludiendo a España como potencia turística a nivel mundial, esta posición no se traduce en un cuidado de la actividad que representa el 14% del PIB nacional y uno de los que genera más empleo», quiso remarcar.

Inició su intervención exponiendo los condicionantes a los que se ve sometida la actividad turística y todo lo que podría potenciarse «si el hecho insular se abordase de forma definitiva y consecuente, y estuviese correctamente tratado, no tendría que verse necesariamente como un hándicap». Frontera afirmó que «a priori, suponemos que ningún gobierno pretende que los ciudadanos de su país sufran una situación de desigualdad. No obstante, en Balears -a diferencia de Canarias que goza de ciertas atenuantes dada su condición de región ultra periférica- llevamos años reivindicando que el Gobierno de España dote a sus ciudadanos y tejido empresarial de los mismos servicios, prestaciones y condiciones que la media del conjunto del estado para el correcto desarrollo, progreso y bienestar de su población».

«Nuestra situación no la provoca la coyuntura, que es un conjunto de circunstancias transitorias, sino que es fruto de un déficit estructural permanente, que en Menorca y Eivissa se agrava por la doble insularidad y triple en el caso de Formentera», remarcó la presidenta de la FEHM, quien a continuación incidió en que, «a esta situación se ha sumado la crisis sanitaria provocada por la covid, que ha derivado en una crisis económica sin precedentes. La pandemia de la covid ha sido la mayor disrupción en la historia mundial y sus efectos se han cebado principalmente con el sector turístico y con Balears».

Además, Frontera incidió en que «en el archipiélago balear está certificado que tenemos margen de mejora en la creación de valor y para lograrlo es preciso subsanar las carencias que provoca una insularidad mal gestionada». No se trata de que los sectores ganen peso unos a costa de otros sino de reforzar los existentes o generar otros que se alineen con los objetivos del plan regional que tenga la comunidad».

«Para Balears es fundamental abordar adecuadamente la insularidad para enfocarnos al futuro con un REB aprobado y dotado económicamente. Ser un territorio insular no es ser débil, la debilidad la provoca ser un territorio inadecuadamente financiado», concluyó.

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