Llevaban años guardadas en distintos escondites, pero sus propietarios han decidido que ya ha llegado el momento de cambiarlas. Se trata de las antiguas pesetas, que hace ya casi 20 años que dejaron de existir, al ser sustituidas por los euros, pero que mucha gente aún guardaba en su casa. Desde el lunes se han ido organizando largas colas en el Banco de España, en Palma, de personas que quieren que les cambien pesetas por euros, ya que hoy es el último día que se puede realizar esta operación. Y como mucha gente ha decidido esperar hasta el último momento, no les molesta esperar el tiempo que sea necesario, que en ocasiones supera las dos horas, para deshacerse de las pesetas y sustituirlas por monedas de curso legal.

El Banco de España organizó un calendario de citas para que los ciudadanos pudieran realizar este cambio, sin esperar cola. Sin embargo, mucha gente no realizó este trámite, pero también fueron atendidas, eso sí, después de esperar mucho tiempo en la calle.

Pedro de las Heras, el director del Banco de España en Balears.

Pedro de las Heras, el director del Banco de España en Balears, explicó que solo este año ya se han cambiado 50 millones de las antiguas pesetas, lo que demuestra que mucha gente ha ido acumulando en su casa mucho dinero, durante mucho tiempo. Explicó que hay ciudadanos que se han presentado con más de un millón de pesetas en metálico, pero que la mayoría guardaba pequeñas cantidades como recuerdo de las monedas que se utilizaron durante muchos años en España. El director explicó que los últimos días se han atendido a una media de unas 200 personas diarias, si bien hoy, que es el último día de cambio, la cifra puede aumentar. Por ello, se ha reforzado la seguridad en el edificio.

El Banco de España ya ha cambiado este año en la isla unos 50 millones de las antiguas pesetas

Joana Cerdá acudió con cita previa. Tenía en su poder unas 70.000 pesetas repartidas en monedas y billetes. Explicó que ha decidido cambiar este dinero porque a partir del jueves ya no valdrá nada.

Largas colas en el Banco de España de Palma de ciudadanos que acudieron a cambiar el dinero. J. F. M.

Pierden su valor

El mismo pensamiento tuvo José Martín, que durante años ha guardado monedas de las antiguas pesetas y antes de que dejen de tener valor, prefiere cambiarlas. Ni siquiera sabía el dinero que le iban a dar, porque muchas de las monedas que aún guardaba no las podrá cambiar.

Antonia Bonet guardaba en un cajón de su casa unos billetes en pesetas para mostrarlos a sus nietos «para que el día de mañana sepan qué moneda utilizábamos». Guardaba dinero de ella y de su madre, unas 15.000 personas, «que no es mucho pero suficiente para un capricho».

Largas colas en el Banco de España de Palma de ciudadanos que acudieron a cambiar el dinero. J. F. M.

Miquel Riutort también reconoce que ha esperado hasta el último momento para cambiar el dinero. «Tenía la esperanza de que algún día volviera la peseta». Parte del dinero que iba a cambiar perteneció a su padre y él ni siquiera sabía dónde lo guardaba. Lo encontró por casualidad al limpiar una estantería de su casa. «Mi mujer ya me ha dicho que con lo que saque la invite a un restaurante», bromeaba.

Miquel Rigo se trasladó desde Felanitx. Llevaba monedas y billetes y calculaba que tenía unas 20.000 pesetas. «El dinero mejor guardado es el que está escondido en casa», señalaba.