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Carles Francino: «Será necesaria una transición forzada del turismo de aluvión»

Carles Francino: "Veo un país con miedo a la espera de que los políticos marquen un camino un poco más claro"

Carles Francino: "Veo un país con miedo a la espera de que los políticos marquen un camino un poco más claro" Virginia Eza

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Carles Francino: "Veo un país con miedo a la espera de que los políticos marquen un camino un poco más claro" Virginia Eza

Carles Francino (Barcelona, 1958), director desde 2012 de La Ventana de la Cadena Ser, es líder de la audiencia radiofónica de las tardes. El viernes emitió su programa desde Palma, en el Palacio de Congresos, en donde atendió a este periódico. Sin pelos en la lengua, lanza serias advertencias respecto «al ruido, al enfrentamiento, al sectarismo, a la polarización de la sociedad» que detecta que se está instalando en nuestro país.

¿Qué país ve desde su ventana ahora mismo?

Un país con miedo, con dudas, que está esperando a que las personas que le representan marquen un camino un poquito más claro que el que están marcando en los últimos tiempos. Sería injusto hacer un retrato de país solo fijándonos en lo que ocurre en Madrid, que es una tentación que tenemos siempre y que nos hace equivocarnos a menudo. Veo un país con dudas, incertidumbre, pero con muchas ganas de salir adelante. Creo que saldremos tarde o temprano, pero si todo esto que está armando tanto ruido se instala no solo entre los políticos, sino entre la gente, que ya está un poco instalado, tardaremos más tiempo en quitárnoslo de encima y eso me preocupa.

« La auditoría de gestión que piden los científicos es necesaria y justa para prepararnos para el futuro»

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« Polarizar la sociedad hace años que está de moda, pero que siga en tiempos de pandemia es impresentable»

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¿A qué se refiere exactamente al hablar de ese ruido?

A la mierda. Me refiero a eso. Al ruido, al enfrentamiento, al sectarismo, a la polarización de la sociedad. El otro día comentaba en antena que viendo el debate del loco ese de Trump con Biden hay que plantearse si queremos eso. Estados Unidos sigue siendo la nación más poderosa del mundo y ha sido espejo y referente de muchas cosas en muchos momentos. En los últimos diez, quince, veinte años han conseguido los de la derecha alternativa o los consultores políticos, o quienes sean, colar un discurso que pretende dar respuestas sencillas a problemas complejos y que un tipo absolutamente impresentable esté en la Casa Blanca. Es un buen espejo en el que mirarse. Esto de polarizar la sociedad es algo que en España, por desgracia, hace ya demasiado tiempo que está de moda, pero que siga en tiempos de una pandemia como esta me parece impresentable. Lo que pasa es que la tentación de descargar toda la responsabilidad en los políticos tampoco me gusta.

“El discurso de Vox no ayuda a nada, pero marcan y condicionan la agenda. Lo que pasa es un calco de los últimos años en EE UU”. Gillem Bosch

¿Los medios de comunicación están a la altura?

Cada uno de nosotros, en nuestra función, en nuestro terreno personal y profesional, tenemos tarea. En el caso de los periodistas y los medios tenemos mucha tarea, en esta pandemia, antes y después. Hay que hacer un poco de examen de conciencia, pensar hacia dónde queremos ir, ser muy conscientes de la responsabilidad que tenemos como periodistas y medios de información, lo que incluye informar, no ocultar ni disimular, pero tampoco exagerar o meterse en un bucle apocalíptico. Hay vida fuera del covid y un montón de historias dignas de ser contadas. En la crónica de lo que está ocurriendo, la radio en general creo que encontró un tono que estaba bastante bien, de acompañar. Pero debemos ser muy conscientes de que más que nunca tenemos una responsabilidad de no atizar más los fuegos. El periodismo de trincheras está, en mi opinión, más de sobra que nunca. Vienen tiempos muy difíciles para todos, sanitaria, económica y socialmente. No pongamos aún más el acento de lo que ya es de por sí duro.

Dentro de esos tiempos difíciles, en el caso de Balears, que vive en su mayor parte del turismo, las expectativas son especialmente oscuras. ¿Hay algo que se podría haber hecho y que no se ha hecho?

Seguro que se podría haber hecho algo que no se ha hecho, pero no sé decirle. Creo que la auditoría que han pedido los científicos es justa y necesaria porque nos permitirá prepararnos para el futuro para episodios parecidos. De lo que se ha hecho mal económica, política y sanitariamente claro que también hay que hacer análisis, pero no quedándonos en eso solo. Debemos intentar ver dónde nos equivocamos para no repetir los errores, pero no estar flagelándonos todo el día. Afortunadamente no se escucha ya el discurso ese absurdo del 8M como foco de contagio. Desde la distancia creo que lo de los corredores seguros es una vía que se intentó y se hizo en julio, con poquita gente, con destinos y orígenes concretos. El turismo de aluvión por el momento no va a volver, ni siquiera el año que viene. Eso va a dejar muchos damnificados. Es una oportunidad para replantearse el modelo de turismo de aluvión, que ya se estaba replanteando, pero ahora ya no queda otra. Esta transición forzada no será sencilla, pero hay que ir poco a poco y mirar planes a medio y largo plazo.

« Tener presos e inhabilitaciones es un enorme obstáculo para avanzar en el tema catalán. No le veo salida»

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¿Conoce la gestión del Govern?

A distancia. Sé que ha habido o hay barrios confinados. Visto desde fuera, se han adoptado decisiones cuando la cosa empeoraba y tanto en lo que se refiere a confinamientos selectivos como el intento de julio de los corredores seguros, al menos desde la distancia se ven como cosas que no están mal.

Antes hablaba de la polarización. ¿Lo que ocurre puede servir de impulso a Vox?

Espero que no, pero no lo descartaría. El discurso del enfrentamiento jamás ayuda a nada. Desde hace años discutimos por todo, por el independentismo, la monarquía, ahora estamos en la lucha ricos y pobres, patriotas y no patriotas... El discurso de Vox no ayuda a nada, pero marcan y condicionan la agenda. Veamos lo que ha ocurrido en los últimos veinte años en Estados Unidos, porque es un calco, una réplica. Lo malo de eso es que hace veinte años también hubo un montón de dirigentes del PP de Aznar que se fueron a Estados Unidos a que les enseñaran cómo se hacía eso de al adversario ni agua. El polarizar la sociedad como modelo de activismo político lo hemos importado. A los españoles no nos cuesta mucho darnos de palos, pero no de esa forma sistematizada.

¿Corremos el riesgo de repetir la historia?

¿Por qué no? En España el nivel de enfrentamiento político de los últimos cinco o diez años, que se ha ido agudizando, es un modelo que no difiere mucho del ruido que podría haber hace 80 años. La diferencia es que el contexto no es el mismo, aquí no hay pistoleros por las calles, no se pasa hambre aunque mucha gente las pase canutas. El contexto es distinto, pero el ruido es muy parecido. En Estados Unidos es un país al borde de la confrontación civil. Ahí hay milicias armadas, el racismo, la homofobia, la demonización de la izquierda. Eso con gente armada me da mucho miedo. Yo creo que en todo esto las televisiones tienen bastante que ver. Hace mucho tiempo que creo que España está en modo Sálvame.

« El enfrentamiento político de los últimos años no difiere del ruido de hace 80 años, aunque el contexto sea distinto»

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Una de las cuestiones con las que no ha acabado el coronavirus es el conflicto catalán, ahora con la inhabilitación de Torra.

Lo peor de Cataluña es que no le veo salida. No me gusta llamarle el problema catalán por que no lo es, es un problema de España. No le veo salida a corto plazo porque durante varios años ha habido un intento deliberado de sectores independentistas y sectores de la España y el Madrid del poder más cerriles de que esto no se resuelva. Con Cataluña hay que plantearse si lo queremos resolver de una forma más o menos sensata o no. A Torra lo inhabilitan porque se lo busca, pero si hoy aterriza un marciano aquí y ve que a un presidente votado por un montón de catalanes por colgar una pancarta le cascan un año y medio de inhabilitación, pensará que con una multa podría haberse resuelto. Ahora mismo, tener presos e inhabilitaciones es un enorme obstáculo para seguir avanzan-do.

¿Cree que llegará a resolverse?

Hace diez años no teníamos este problema. Teníamos otros, pero este no. Y este ha venido para quedarse. Hay un hecho objetivo y es que hay al menos dos millones de catalanes que no quieren estar en esta España. No puedes ir a las bravas saltándote las leyes, pero habrá que dar alguna respuesta más allá de meter a gente a la cárcel. Hay que buscar algo y ese algo se llama política, pero como hace años uno decidió echarse al monte y otro abdicar de la política para traspasarlo a los tribunales, así nos ha ido.

¿Desde que estalló la pandemia, algún político lo ha hecho bien?

Seguro. Tendría que pensarlo, eso sí. Hay algunos que tratan de apaciguar. Pensando, me viene a la cabeza Ángel Gabilondo, al que en Madrid le critican incluso en su partido porque dicen que es muy blando. Yo prefiero un blando así que un duro de los otros. Me gustarían más gabilondos en la política que muchos para los que hay muchos apellidos donde elegir. Estos días se critica incluso que Salvador Illa es filósofo. ¿Y? ¿Dónde está el problema?

En plena pandemia, que nos afecta a todos, parece que solo se habla de Madrid.

Somos muy pesados, es cierto. Esa cosa monotemática mediática de lo que ocurre en Madrid es el reflejo del modelo de país que se ha ido construyendo en los últimos veinte años, un país de kilómetro cero en todo. Todo lo importante, bueno o malo, tiene que pasar por Madrid y eso no debería ser así.

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