Los diez primeros días del confinamiento por la crisis sanitaria, el número de dispositivos móviles en movimiento se redujo hasta en un 60% en algunas zonas de Palma, lo que implica que los dueños de los teléfonos no se movían, según un estudio de investigadores de la Universitat de las Illes Balears (UIB).

Un equipo de investigadores de la UIB ha desarrollado una metodología para detectar el cumplimiento de la distancia de seguridad sanitaria en la calle, respetando la privacidad de los usuarios, a partir de los datos de localización de la red SmartWifi de Palma cedidas por la empresa Wiongo, según informó ayer la Universidat en una nota. Con ese sistema, han encontrado diferencias entre las zonas analizadas y han podido concretar en qué franjas horarias y qué días los límites de distanciamiento social no se mantuvieron o eran difíciles de cumplir.

Desarrollaron esta metodología porque con la Covid-19 se ha puesto de manifiesto que la distancia física entre personas es la herramienta más efectiva para gestionar la pandemia y minimizar las situaciones de riesgo de contagios que puedan dar lugar a más olas. Ante esta necesidad, un equipo multidisciplinar de investigadores del grupo de trabajo SmartDestination SmartCity de la UIB utilizó la red wifi de Palma como método de monitorización del cumplimiento de esta medida de distanciamiento entre personas en la ciudad. Esta tecnología ya se aplicó para monitorizar la congestión peatonal de Palma en 2019 y aportó mucha información relevante para la gestión.

Patrón de movilidad

La infraestructura denominada SmartWifi de Palma es capaz de determinar la presencia de terminales móviles en la zona de cobertura y crear un marco de monitoreo que, respetando la privacidad de los usuarios, permite determinar los momentos de concentración elevada que hacen difícil mantener los distanciamiento social.

El objetivo es poder utilizar la herramienta de gestión para monitorizar las zonas más relevantes de la ciudad y ayudar a optimizar los recursos de las administraciones públicas porque permitirá determinar el patrón diario de movilidad que se creará con la nueva normalidad. Puede potenciar una gestión de la movilidad urbana a partir de indicadores medibles y evaluar de manera continua y conjunta los límites permitidos de uso del espacio urbano estableciendo indicadores geolocalizados para tener una visión global de conjunto o mejorar la resolución tanto temporal como espacial.

Han medido ocho espacios geográficos de Palma cubiertos por la red SmartWifi. Se ha podido establecer el espacio disponible para las personas, eliminando el ocupado por el mobiliario urbano, árboles o farolas que dificultan la movilidad. Esta caracterización ha permitido definir un indicador de “distancia social posible” específico para cada espacio geográfico y, de esta manera, se puede determinar cuándo este distanciamiento es superado y, por tanto, se hace difícil mantener la distancia social exigida. Este desarrollo ha sido coordinado por el doctor Bartomeu Alorda, profesor del Departamento de Física de la UIB.