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Ramadán inédito

El ayuno no se verá afectado, pero las oraciones y lecturas del Corán deberán hacerse en los hogares por el confinamiento ante el Covid-19

Un musulmán reza en su vivienda. B. RAMON

Los musulmanes de Mallorca dieron inicio en la noche de ayer al Ramadán. Este año será diferente. Más solitario. Más íntimo. Los encuentros con familia y amigos serán remplazados por videoreuniones y videollamadas. Los hogares darán el abrigo que no podrán dar las mezquitas. Un mes sagrado para los fieles de la religión islámica que seguro recordarán por estar marcado por el estado de alarma y las medidas de confinamiento por la crisis del coronavirus.Un Ramadán inédito.

El ciclo lunar dio paso en la noche de ayer a la fecha más señalada en el calendario de los 60.000 musulmanes de Balears, el inicio del Ramadán, que este año deberá adaptarse a las condiciones del confinamiento por el Covid-19. Para ello, la Comisión Islámica ha dado indicaciones de cómo adaptar la celebración al excepcional escenario provocado por el virus.

Muchas cosas no cambiarán. Así lo explica el presidente de la Liga Musulmana de Mallorca, Francisco Javier Jiménez, que apunta por ejemplo a que uno de los aspectos más destacados del Ramadán como es el ayuno "seguirá siendo básicamente igual". "Las lecturas del Corán, la reflexión y la oración" también podrá llevarse a cabo por los fieles.

Sin embargo, todo ello, deberá realizarse lejos de las mezquitas, en los hogares, y sólo con las familias. "No podremos reunirnos en las mezquitas, lo tendremos que hacer en familia", resume Jiménez. De esta manera, el confinamiento impedirá que este año se puedan llevar a cabo los rezos colectivos.

Sin embargo, una parte también importante del Ramadán es precisamente la reunión, el intercambio de conocimiento y de reflexiones. Estos encuentros no podrán tener lugar debido al confinamiento, pero la tecnología permitirá que la distancia no sea un obstáculo y videoconferencias y videollamadas permitirán este contacto entre los fieles.

También deberá adaptarse, pero seguirá llevándose a cabo el precepto de la ayuda y la limosna a los necesitados. Si bien habitualmente esto se organizaba a través de las mezquitas, a donde se llevaban las donaciones de comida o otros enseres básicos para personas en dificultades, desde la Liga Musulmana, Jiménez explica que se hará o a través de entrega directa si es posible, a través de servicios de mensajería o a través de servicios de entrega a domicilio para que la ayuda llegue a las personas más necesitadas.

El Ramadán se extenderá hasta el próximo 23 de mayo y entonces debería celebrarse la fiesta de final de ayuno con el multitudinario rezo en dirección a La Meca que recibe el nombre de Idu al-Fitr en el que cada año participan juntos unos tres mil fieles en Mallorca. Los últimos años, en el Polideportivo Germans Escalas de Palma. Sin embargo, los musulmanes que empezaron ayer el Ramadán aún no saben si podrán celebrar la fiesta de final de ayuno.

El final de ayuno, en el aire

"Es lo que me preguntan algunos fieles, pero no lo sabemos, habrá que ver cómo evolucionan las medidas. Habrá que estar pendiente de lo que vaya pasando. Ya veremos", explica por ahora Jiménez, desde la Liga Musulmana.

Para la fecha, no sólo no está claro si el confinamiento habrá llegado a su fin, sino que tampoco está claro cuáles deberán ser las medidas de seguridad que habrá que tomar, ni si un acto tan multitudinario podrá llevarse a cabo, toda vez que estos días ya se han cancelado y suspendido diferentes eventos por el riesgo que comportan las aglomeraciones y la imposibilidad de mantener las medidas de distanciamiento social.

De momento, ayer por la noche los fieles dieron comienzo al Ramadán con los primeros rezos y con el inicio del ayuno. Durante este mes, los musulmanes, excepto los niños, ancianos, embarazadas, lactantes, menstruantes y enfermos, cumplirán con el ayuno, un periodo en el que se abstendrán de comer, beber, mantener relaciones sexuales, fumar o enfadarse desde el amanecer hasta la puesta del sol.

Lo atípico será que este año, al menos las primeras semanas, no podrán, además, salir de casa más que para ir a trabajar, para ir a comprar productos de primera necesidad o, desde el domingo, para salir a pasear con los niños, por el estado de alarma. Un Ramadán más íntimo y más solitario.

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