Están en hospitales, centros médicos, supermercados, residencias de mayores, estaciones de tren y aeropuertos; los pocos reductos de actividad que sobreviven a la pandemia. En la primera línea de la batalla del coronavirus, pero se sienten casi invisibles. Los trabajadores de la seguridad privada denuncian que están "desprotegidos" pese a su "evidente riesgo de contagio", expuestos pero con carencias de material de protección, según sostienen los sindicatos.

"Estamos indignados porque en muchos lugares no se cumplen las medidas de seguridad pese a ser un servicio fundamental", asegura Miguel Pardo, secretario general de la Federación de Construcción y Servicios de CCOO en Balears, que ha presentado una treintena de denuncias ante Inspección de Trabajo por estas deficiencias, que "sirven de poco" porque no hay una respuesta inmediata. Pardo critica que no se haya considera al personal de seguridad como de riesgo alto ante el COVID-19 y que no se está ofreciendo a estos trabajadores el material adecuado para protegerse. "Hay residencias de mayores donde todos los trabajadores han sido equipados con mascarillas y guantes excepto los vigilantes. Se nos considera empleados de segunda", afirma este sindicalista, que agrega que muchos han tenido que pagar de su bolsillo los guantes y las mascarillas que utilizan para protegerse. También detalla el caso de grandes centros comerciales, donde el personal de seguridad "iba con guantes de la pescadería".

Pardo reparte responsabilidades por esta falta de material entre las empresas y las autoridades. "Puede que haya cierta escasez de material, pero al final debería ser la administración quien la suministrara", sostiene.

Desde UGT, el responsable sectorial de Limpieza y Seguridad Privada, Andreu Delgado, coincide en destacar la "evidente falta de medios de protección". Según explica, los trabajadores del sector se están viendo obligados a reutilizar el material por esta escasez. "Son los propias empresas quienes deben suministrarlo, pero en esta crisis está habiendo mucha improvisación, también por parte de las autoridades", señala.

Además de reclamar que dote a los empleados de los equipos de protección necesarios, los sindicatos reclaman que se les incluya en la realización de los tests masivos para detectar a los infectados por coronavirus. "Los sanitarios son el colectivo prioritario, evidentemente pero nosotros también estamos muy expuestos", sostienen desde UGT y CCOO.

Fuentes de Trablisa, una de las principales empresas del sector, explican que al principio de la crisis "sí hubo algunos problemas para abastecerse de material por el pico de la demanda, como en todos los sectores". Sin embargo, afirman que han podido repartir los equipos necesarios para que sus empleados trabajen de forma segura.

El sector ha vivido su propia transformación debido a la crisis del coronavirus. Varias empresas han aplicado ERTEs ante la bajada de la actividad, pero desde los sindicatos señalan que se ha producido un desplazamiento de trabajadores y que la disminución no ha sido tan brusca como en otros ámbitos. "Se ha notado mucho el descenso del tráfico aéreo, porque hace que en los aeropuertos no se necesite tanto personal", cuentan Pardo y Delgado. Sin embargo, se ha producido un gran incremento de la demanda de vigilantes en los supermercados. "Casi todos tienen ahora uno para controlar los accesos, cumplir las limitaciones de aforo y mantener las distancias de seguridad entre los clientes", señalan. Además, apuntan a que también son los vigilantes quienes muchas intervienen en primer término ante cualquier altercado.

El atípico verano que nos espera en las islas pasará factura también a la seguridad privada, vaticinan desde UGT y CCOO. En los hoteles no suelen haber personal de esta categoría, pero durante la temporada alta hay mucha demanda de traslados de dinero en efectivo en furgones, que podría resentirse del brusco frenazo económico. También preocupa la caída del turismo para el personal que está contratado como fijo discontinuo en los aeropuertos.