Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La periodista mexicana Cirenia Celestino, ayer, en Diario de Mallorca.a. ruiz

El doble peligro de ser mujer y periodista en México

Las mexicanas alzan la voz ante el incremento de féminas asesinadas por sus informaciones

Con casi cuarenta años, Maria (nombre ficticio) ha abandonado México tras ser amenazada de muerte. Ella, junto a su marido y sus tres hijos pequeños, han huido del país recientemente "para sobrevivir", dejando atrás a sus familiares y amigos, trabajos, domicilio... En definitiva, su vida, ya que no podrán regresar "nunca más". Y todo porque esta periodista mexicana ha destapado un caso de corrupción local (por miedo no quiere dar más detalles). Ésta no es una historia aislada sino una más en este país.

"En México las mujeres vivimos en una alerta constante", confiesa Cirenia Celestino, periodista y coordinadora del Observatorio de Medios de Cimac, quien ayer ofreció en el Casal de la Dona de Palma una conferencia sobre la violencia que sufren las periodistas en este país. "El más inseguro para ejercer esta profesión", añade. Y es que en los últimos años el número de mujeres asesinadas ha aumentado considerablemente.

Informar sobre la clase política, e incluso sobre las violaciones de los derechos humanos, puede costarles la vida. Y no solo a ellas. También a sus familiares, ya que las amenazas que vierten los agresores van dirigidas a sus seres queridos. Y todo para atemorizarlas y amordazarlas. Para impedir que esas noticias salgan a la luz.

Todo comienza con una campaña de desprestigio que busca desacreditar a la profesional. "Si eres una periodista crítica [en México], probablemente saldrá algún día una fotografía tuya semidesnuda o con contenido sexual", asegura Celestino, quien incide en que las intimidaciones a las mujeres siempre tienen connotaciones sexuales.

En cambio, a los hombres se les amenaza a "ellos". Dejan de lado la carga emocional y sexual y "solo le atacan a su persona". Según argumenta esta mexicana, esta diferencia se debe a que hablamos de una sociedad machista que ve al hombre como "una persona independiente, con voz, fuerte y valiente" mientras que a ellas se las ve -dice- más vulnerables. "Indudablemente tenemos que avanzar en este aspecto", manifiesta.

Tras el descrédito vienen las amenazas de muerte. Y las que consiguen huir de su país se despiden de él para siempre. Se ven forzadas a comenzar una nueva vida lejos de su familia, en un país con otra cultura y costumbres. Una situación que afecta tanto a las profesionales como a los que la rodean.

Cirenia Celestino cuenta su experiencia: ella nunca ha sido amenazada personalmente pero sí su asociación. "Nuestras instalaciones han sido allanadas dos veces [en 2008 y en 2011] y habiendo objetos de valor solo se llevaron expedientes y un ordenador concreto", indica la profesional, quien señala que estos ataques tenían como objetivo frenarlas. "Pero no lo lograran", subraya. Cabe destacar que desde esta organización trabajan para proteger a todas las profesionales que son intimidadas. Y lo hacen, en algunos casos, lanzando una alerta de interés público advirtiendo de que la vida de una profesional corre peligro, y en caso de que se pueda, se identifica al agresor.

Retos

Las mujeres periodistas que viven en México se enfrentan a varios obstáculos. En primer lugar, a la invisibilización. Según detalla Celestino, su trabajo no se valora y ni se reconoce públicamente por razones de género. Y teniendo en cuenta el contexto sociopolítico -se trata del país más inseguro para ejercer el periodismo-, ser mujer es otro hándicap que deben pagar. Y muy caro, ya que sus voces no son creíbles y son cuestionadas constantemente.

En segundo lugar, la falta de protección. "Los entes encargados de impartir justicia reaccionan ejerciendo la violencia sobre las mujeres", sostiene la mexicana. Es decir, que son los propios agentes del Estado los agresores, por lo que el Gobierno no actúa en su defensa, sino todo lo contrario. "Pese a que cuentan con dos instancias específicas dedicadas a responder ante la violencia, no lo están cumpliendo. No están haciendo su trabajo", asevera Celestino. Por lo que, con perspectiva de género, esto vuelve a poner en riesgo la seguridad de las periodistas.

Además surge otro factor de riesgo: la naturalización de la violencia contra las profesionales. "Se ha interiorizado tanto que parece como si fuera un riesgo natural periodístico", afirma Celestino en referencia a las amenazas.

Ante esta situación, Celestino concluye que una de las soluciones pasa por concienciar a los futuros periodistas y enseñarles buenas prácticas, lejos de los estereotipos. "Solo así conseguiremos cambiar el pensamiento de la sociedad, ofreciéndoles informaciones objetivas y con un discurso que va hacia la paz", indica. Y aporta un dato más. Según el último estudio realizado por su entidad, deberán pasar más de cien años para que las informaciones publicadas sean equitativas a las de los hombres. "Aunque eso no garantiza su calidad", añade Celestino.

Con 32 años, esta periodista asegura que "no tiene miedo". "Debemos vivir con esto pero nada nos va a paralizar porque es necesario seguir denunciando y seguir colocando en la mirada pública internacional esta situación", sentencia.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.