El estallido interno en Més, tras el veto de la cúpula ecosoberanista a que Fina Santiago y Vicenç Vidal continuen como consellers y que Miquel Ensenyat sea el senador autonómico, ha provocado de alguna manera la primera crisis en la legislatura que acaba de estrenarse del todavía nonato Govern de la socialista Francina Armengol. La líder socialista ve así como sus socios del Pacto provocan de nuevo la inestabilidad en su Ejecutivo, en esta ocasión antes de poder nombrarlo. La continuidad del Govern del Pacto parece que también se aplica con algo que ya ocurrió durante la pasada legislatura: entre 2015 y 2019 el Govern de Armengol sufrió tres crisis, todas ellas con los apellidos de Més.

En los inicios de la pasada legislatura los temores de PSIB y Més, tradicionales aliados en los Ejecutivos del Pacto con Francesc Antich, se centraban en la inestabilidad que pudiera provocar Podemos, que había irrumpido en la política autonómica con diez diputados optando por apoyar al Govern de Armengol desde el Parlament. Sin embargo no fueron los morados los que provocaron las crisis en el Ejecutivo.

El 1 de abril de 2016, tan sólo nueve meses después de que Armengol se convirtiera en la inquilina del Consolat de Mar, dimitía la consellera de Cultura y Transparencia, Esperança Camps, lanzando duras críticas a su partido, Més per Menorca. Estallaba la primera crisis del Govern de Armengol, quien de inmediato intentó marcar distancias con la que se produjo en el primer Ejecutivo de Francesc Antich cuando Mateu Morro, del PSM, decapitó al conseller de Agricultura Joan Mayol y se autoimpuso para el puesto. Lo ocurrido trasladó una imagen de debilidad del president que Armengol no quería que se repitiera.

En esta ocasión la líder del PSIB, Més per Mallorca y Més per Menorca intercambiaron opiniones sobre los posibles sucesores de Camps. La elegida fue Ruth Mateu, concejala en Andratx pero nacida en Ciutadella. Armengol aprovechó para llevar a cabo una triple remodelación en las conselleries, por la que Marc Pons se colocó al frente de Territorio y Pilar Costa entró en el Govern como consellera de Presidencia y portavoz.

La presidenta daba por hecho que los tres siguientes años serían tranquilos en lo que se refiere a su Ejecutivo. Nada más lejos de la realidad. Un año después del nombramiento de Mateu, DIARIO de MALLORCA publicaba que el vicepresidente, Biel Barceló, había adjudicado un contrato a dedo por valor de 56.000 euros al que fuera su jefe de campaña, Jaume Garau. Las siguientes informaciones desvelaban al menos seis contratos de distintas conselleries del Govern y concejalías en Cort gestionadas por Més adjudicadas a dedo a las empresas de Garau.

La crisis que se desató fue profunda y Armengol y la cúpula de Més per Mallorca pactaron la salida de Mateu en marzo de 2017. Armengol justificó la destitución no sólo por no haber publicado sus contratos en el portal de transparencia, sino por ser la responsable de la transparencia y el código ético del Govern. "No hay cabeza de turco sino asunción de responsabilidades", sostuvo la presidenta. Més per Menorca no lo vio así.

Los ecosoberanistas menorquines decidieron salir del Govern, apoyándolo desde el Parlament como Podemos. El Ejecutivo de Armengol perdió así a uno de sus miembros, quedando integrado por PSIB y Més per Mallorca, cuyo peso en el Parlament suponía 20 de los 32 escaños que sumaban las fuerzas del Pacto.

Para entonces la Fiscalía Anticorrupción ya estaba investigando los contratos a dedo a Garau, aunque los ecosoberanistas pronto se mostraron tranquilos respecto a las posibles consecuencias judiciales. En marzo de este año el juez archivó el caso, pero antes de que eso ocurriera aún dio tiempo a que estallara otra crisis de Govern con Més como protagonista.

El 13 de diciembre de 2017 caía Biel Barceló tras perder la confianza de su partido, Més, y de Armengol cuando DIARIO de MALLORCA publicó que había disfrutado de unas vacaciones de seis días en República Dominicana invitado por un programa de Canal 4 en el que había colaborado asiduamente, pero pagadas por el grupo turístico Globalia. La coordinadora de Més y secretaria general del PSM, Bel Busquets, se autoproclamó nueva consellera sin contar con la opinión de Armengol, que prefería un perfil más técnico. Las formas de Més a la hora de elegir al sucesor de Barceló, al margen de la presidenta, afectaron en esta ocasión a las relaciones entre los dos partidos, aunque fueron limando asperezas y el Govern aguantó hasta el final con los dos socios.

LOS TRES ESTALLIDOS DE MÉS

Caso contratos: Ruth Mateu es destituida por las adjudicaciones a dedo a Garau

En marzo de 2017 la cúpula de Més per Mallorca y Armengol pactaron la salida de Mateu como consellera de Transparencia, al año de que asumiera el cargo que dejó Esperança Camps, por las adjudicaciones a dedo desde conselleries en manos de Més al exjefe de campaña del partido, Jaume Garau. Més per Menorca, de donde procedía Mateu, optó por abandonar el Govern, que quedó integrado por PSIB y Més per Mallorca.

Biel Barceló: La caída del dirigente de Més por su viaje gratis total a Punta Cana

Durante 2017 Més y Biel Barceló estuvieron en el punto de mira primero por el caso Contratos y después por la imputación de Pilar Carbonell, directora general de Turismo, por el caso Cursach. Sin embargo, la caída de Barceló como vicepresidente y conseller de Turismo se produjo en diciembre de ese año al perder la confianza de Més y de Armengol por pasar unas vacaciones en la Republica Dominicana pagadas por el grupo turístico Globalia.

El estallido de la crisis de Més golpea al nuevo Govern antes de ser nombrado

Tras la difícil negociación para reeditar el Pacto, con tan sólo el 53% de la asamblea de Més apoyando el acuerdo, Francina Armengol se encuentra con que no tendrá a Vicenç Vidal y Fina Santiago como consellers, aunque sus nombres estaban claros en las negociaciones. La cúpula del partido ecosoberanista les ha vetado sin que todavía haya decidido a quiénes propondrá para el Govern que debe nombrase la próxima semana.

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