El alcohol y la cocaína son las principales sustancias por las que se acude a Proyecto Hombre en Baleares, concentrando un 23,9 por ciento y un 21,7 por ciento de los casos, respectivamente, según se desprende del 'Informe 2018 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en tratamiento', elaborado por la Asociación Proyecto Hombre y presentado este viernes en el CaixaForum de Madrid.

A nivel nacional, este informe refleja que el alcohol es la droga más consumida por las mujeres, quienes superan en un 12 por ciento la ingesta de bebidas alcohólicas realizada por los hombres.

El trabajo se ha realizado sobre una muestra de 2.600 encuestas de personas mayores de 18 años que han acudido a un centro de Proyecto Hombre para solicitar tratamiento por un problema de adicción. De todos ellos, el 14,6 por ciento eran mujeres y el 85,4 por ciento hombres, de una edad media de 38 años, el 59,3 por ciento estaban solteros, más de la mitad no tenían estudios o estos eran de primaria y el 76,4 por ciento había trabajado a tiempo completo en los últimos tres años, si bien en el momento de solicitar tratamiento, menos de la mitad tenía en su empleo la principal fuente de ingresos.

El 90 por ciento de todos ellos manifestó consumos regulares o problemáticos con el alcohol, a pesar de que esta sustancia no fuera el principal motivo de petición de ayuda. No obstante, y según ha explicado la experta de la Comisión de Evaluación de Proyecto Hombre, Mª Ángeles Fernández, el 37,3 por ciento demandó tratamiento por su adicción al alcohol, seguido del 34,9 por ciento que lo hizo por cocaína, el 8,9 por ciento cannabis y el 3 por ciento heroína.

El alcohol es también la sustancia cuyo consumo problemático se detecta a edades más tempranas (entre los 15 y 16 años), si bien es la sustancia por la que se demanda tratamiento a edades más avanzadas, a partir de los 40 años, y, por tanto, con más tiempo de consumo (29,6%). Asimismo, el consumo de cannabis se inicia de media entre los 16 y 17 años, mientras que a partir de los 19 años aparece el inicio medio consumos problemáticos de alucinógenos y anfetaminas. Ya en la edad adulta, y especialmente entre las mujeres, se produce el inicio de consumo problemático de psicofármacos.