Las grandes empresas comerciales han decidido no esperar al tradicional 1 de julio y van a poner el cartel de 'Rebajas de Verano' el día 28 de este mes, con el fin de aprovechar así el tirón en las ventas que se produce los fines de semana. Las patronales del comercio tradicional de las islas reconocen que no les va a quedar más remedio que secundar esta iniciativa, pero sus responsables consideran que situaciones como ésta suponen "hundir" aún más a las pequeñas tiendas, tras un mayo que se califica de pésimo en materia de ventas.

La decisión de las grandes firmas comerciales de avanzar el inicio de las rebajas al 28 de junio tiene un alcance estatal, y es legal gracias a la liberalización del sector que se aprobó durante la presidencia de Mariano Rajoy. El objetivo no es otro que aprovechar los días de mas ventas semanales (viernes y sábado) a la hora de poner en marcha una de las campañas comerciales más importantes del año, junto al Black Friday o las rebajas invernales.

Pero en opinión de los presidentes de las asociaciones del pequeño comercio Afedeco y Pimeco, Toni Gayà y Antoni Fuster respectivamente, las necesidades de las islas son las contrarias, y lo mejor para sus empresas sería retrasar la aplicación de descuentos hasta agosto o septiembre para así aprovechar el aumento del consumo que generan los turistas con mayor margen de beneficio.

"Llueve sobre mojado", lamenta Fuster, que coincide con Gayà en que las ventas de mayo han sido muy débiles, con una afluencia de visitantes inferior a la del pasado año y cuya capacidad de gasto que no muestra mejoras.

Los presidentes de Afedeco y Pimeco apuntan a que las esperanzas estaban puestas en recuperar parte de las ventas perdidas en mayo durante junio. Pero el avance de tres días acordado por las grandes empresas para iniciar las rebajas supone perder un fin de semana con la posibilidad de sacar producto con mayor margen de beneficio, a lo que suman la paralización de consumo por parte de las familias residentes 15 días antes, dado que éstas optan por esperar a poder hacer las compras con descuento.

Una "aberración"

Toni Gayà no duda en calificar de "aberración" que las rebajas estivales se inicien a finales de junio, dado que es precisamente el momento en el que se eleva la demanda de ropa de verano.

Tanto él como Fuster recuerdan que el objetivo de las rebajas es que el comercio se desprenda del stock de ropa en el momento en el que su consumo desciende, y no cuando comienza a incrementarse, dado que así "nuestros productos apenas habrán tenido tiempo de estar en los estantes a un precio normal".

Además, se insiste en que el turista no está pendiente de las fechas de rebajas, y que compra al precio que se encuentra en los escaparates.

La defunción de las campañas de rebajas como fenómeno social

Hay que remontarse a los años previos a la crisis para recuperar las imágenes de la clientela abarrotando las puertas de las grandes superficies para abalanzarse sobre las mejores ofertas cuando éstas se abrían en un primer día de rebajas. "Como fenómeno social, están muertas", se alega desde algunos establecimientos tradicionales.

A la hora de explicar esta pérdida de interés por parte de muchos consumidores, se señalan varios aspectos, y uno de ellos es que la dura experiencia de la crisis económica ha supuesto el fin de las 'compras por impulso' para dar pie a las 'compras por reposición', es decir, solo se adquiere lo que se necesita.

Pero se da mucha más importancia a la hora de explicar esta defunción como fenómeno social a una liberalización comercial que ha provocado el que se estén ofertando descuentos y promociones y a la aparición de nuevos acontecimientos vinculados al consumo, como el Black Friday.

Eso explica la insistencia del pequeño comercio en que se de un paso atrás y en que el Gobierno central permita a las autonomías fijar sus propias fechas de rebajaspermita a las autonomías fijar sus propias fechas de rebajas.