En los últimos años Mallorca ha sido destino frecuente de Igor Sechin, consejero delegado de la petrolera estatal rusa Rosneft. Nada fuera de lo común si no fuera porque el empresario se ha desplazado a la isla en el avión corporativo de su empresa, reservado para viajes de trabajo, y casualmente coincidiendo con fines de semana y días festivos.

Son los principales argumentos de una investigación de Reuters publicada ayer bajo el título 'Negocios y placer: cómo el gigante del petróleo ruso usa sus jets corporativos'. Según la agencia de noticias, los jets de Rosneft volaron al menos trece veces a Mallorca, Ibiza, Cerdeña y las Maldivas al mismo tiempo que Sechin, o personas de su círculo cercano, estaban en los mismos lugares y casi siempre en periodos vacacionales.

Reuters realizó un seguimiento de los vuelos de la empresa petrolera entre 2015 y 2019. Durante ese tiempo los aviones corporativos de Rosneft volaron ocho veces al aeropuerto de Olbia en Cerdeña; quince a las Maldivas y siete a Palma. La agencia afirma que no encontró en ningún sitio noticias de actos oficiales de la compañía en aquellos destinos coincidiendo con las fechas de los viajes.

Sechin, un hombre muy cercano al presidente ruso Vladimir Putin, fue fotografiado precisamente en Son Sant Joan el pasado 6 de agosto en el momento en el que accedía a uno de los jets corporativos de la empresa que dirige. Y Reuters publica que Sechin no tenía ninguna obligación laboral en Mallorca en plena temporada veraniega que justificara su desplazamiento en uno de los aviones de la petrolera.

La de Mallorca es la única imagen del consejero delegado de la petrolera que le vincula con esos viajes presuntamente irregulares. En cambio, sus parientes y amigos publicaron numerosas imágenes a través de las redes sociales de los lugares que visitaban en las mismas fechas en las que un avión de Rosneft había volado a alguno de esos destinos.

La petrolera, la más grande del mundo por producción, rechazó responder si Sechin estaba utilizando los aviones corporativos para fines personales argumentando que la información "estaba al servicio de los Estados interesados en sabotear" a la Federación rusa.