Nueve años y medio después de que el PP presentara un recurso contra la ley educativa catalana, el Tribunal Constitucional avaló ayer la práctica totalidad de la norma. Según el razonamiento de las derechas, el Constitucional es Torra. El alto tribunal no dictamina sobre el castellano como lengua vehicular porque los populares no recurrieron el artículo referido a dicha cuestión. El PP es Torra, según Ciudadanos. Y así hasta Vox para quien PP y Ciudadanos son Torra, por blanditos, por hablar del 155 pudiendo eliminar las Comunidades Autónomas.

La encarnizada batalla por el liderazgo de las derechas marca el final de la campaña, con gruesas descalificaciones mutuas, impropia de futuros socios que, si la suma da, tornarán alabanzas. Los blanditos serán consistentes, los veletas ganarán firmeza y los innombrables, pasarán de ser ultras a derecha recia.

Las izquierdas, por el contrario, se lanzan las puyas justas para diferenciarse, reservando los grandes dardos a la derecha trina. La gran novedad, sin duda.