Una vieja reivindicación del colectivo enfermero está a pocas semanas de verse satisfecha. La consellera de Salud, Patricia Gómez, adelantó ayer que a partir del mes de abril las enfermeras de esta comunidad, tanto las que trabajan en el ámbito público como en la sanidad privada, podrán obtener el certificado digital que les permita prescribir fármacos a través de la receta electrónica.

La consellera matizó que esta prescripción enfermera se realizará en dos fases. En la primera de ellas, en el citado mes de abril, podrán obtener la acreditación las enfermeras que trabajan en Atención Primaria, en los centros de salud, y las que lo hacen en las consultas externas y los gabinetes de los hospitales de Balears. En la segunda, a partir del mes de junio, podrán acreditarse el resto de las profesionales de enfermería.

Si en las islas hay en estos momentos 6.400 enfermeras colegiadas (la profesión es de colegiación obligatoria), unas 5.500 de ellas estarían trabajando para el Servei de Salut. Gómez recalcó que esta nueva competencia dará seguridad jurídica a unas enfermeras que ya estaban prescribiendo estos fármacos y mejorará la calidad en la atención puesto que ahorrará visitas innecesarias a otros profesionales sanitarios.

Un año de experiencia

La Consellera recordó que las enfermeras podrán recetar productos sanitarios de uso humano como apósitos, absorbentes, material de cuidados, bolsas de ostomía y sondas urinarias o de alimentación y vacunas, entre otros. También podrán prescribir medicamentos no sujetos a receta médica, de libre dispensación en las farmacias, y, en un futuro, medicamentos que sí lo estén previa validación de unos protocolos en los que está actualmente trabajando el ministerio de Sanidad.

Para obtener el certificado digital que les permita prescribir a través de la receta electrónica -que todas las profesionales del IB-Salut podrán descargarse de una manera tan sencilla como lo hacen cada mes con sus nóminas ya que serán acreditadas de oficio- será indispensable tener dos requisitos: estar colegiado y tener un mínimo de un año de experiencia laboral.

En caso de no cumplir esta segunda exigencia (la colegiación es obligatoria) las enfermeras deberán realizar un curso de formación que será impartido por la facultad de Enfermería y Fisioterapia de la UIB.

Preguntada la decana de esta facultad, Rosa María Alberdi -presente en el anuncio de ayer junto a la presidenta del Colegio de Enfermería (COIBA), Rosa María Hernández, y el subdirector de Cuidados Asistenciales del IB-Salut, Carlos Villafáfila- sobre si la necesidad de este curso no cuestionaba la formación farmacéutica con la que salen las profesionales de su institución académica, la decana lo negó taxativamente y reveló que ese ha sido un "peaje necesario" que han tenido que pagar para conseguir esta prescripción enfermera que, curiosamente, ha tenido en el Consejo General de Enfermería (el órgano que acoge a todos los colegios profesionales del país) a uno de sus mayores opositores.

"Se tratará de un curso instrumental para manejar la receta electrónica ya que las enfermeras salen perfectamente preparadas en conocimientos farmacéuticos al acabar la carrera", subrayó.

En ese sentido, la Dirección General de Acreditación y la UIB trabajan conjuntamente con el fin de que esta formación sea impartida en la Facultad de forma que las enfermeras puedan recibirla después de graduarse y así, al inscribirse en las listas de trabajo del IB-Salut, lo hagan ya con la acreditación.

Villafáfila calculó que tan sólo un 10% de las enfermeras del IB-Salut, entre 500 y 600 profesionales, precisarán realizar el curso.

Por último, Gómez resaltó que Balears será la segunda comunidad, tras Andalucía, que autorizará esta prescripción enfermera y la primera que lo haga bajo el paraguas del real decreto 1302/2018, de 22 de octubre, que modificaba uno anterior de 2015.

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