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Análisis

Enterraron el REB vivo, y lo desentierran muerto

Enterraron el REB vivo, y lo desentierran muerto

el tono fúnebre de Francia Armengol, al desgranar las concesiones misérrimas de Madrid, sirve mejor que cualquier análisis sobre el futuro del Régimen Especial de Balears. Enterraron al REB vivo en el ministerio de Hacienda, y lo han desenterrado muerto en La Moncloa. Si se pone el día de ayer como punto de partida, significa que no se había avanzado un paso antes de la intervención providencial de Pedro Sánchez.

El REB consta de 23 propuestas definidas y definitivas, nunca se apuntó que fueran mutilables o sometidas a vicisitudes negociadoras. Tras el vaciado, no queda en pie ni una tercera parte. Cati Cladera, en agosto: "La pieza clave es el Fondo de Insularidad, esperamos más de los noventa millones de que habló Company". Ayer desapareció el maldito Fondo que "en ningún caso puede ser inferior a 400 millones", según la propuesta unánime de la sociedad balear.

Es la primera vez en cuatro años que Armengol corre por detrás de los acontecimientos, nadie imagina que vaya a engañarle su lugarteniente. La mención a inversiones en la media estatal en otras comunidades, como integrante del REB, suena a risa. Esa exigencia no forma parte del Régimen, sino del Estatut de Autonomía reformado por el PP en 2007, una Ley Orgánica que en una de sus disposiciones adicionales obliga a dicha proporcionalidad. Disponen de ella regiones como Cataluña, con la particularidad de que no se cumple. Aparte de que se trataba de estar "por encima de la media estatal", para compensar precisamente "el hecho insular" según establece la Constitución.

Se vuelve a enterrar la cogestión aeroportuaria, las becas aumentadas, la ayuda económica a los enfermos, una batería de medidas de transporte y fiscales cuantificadas en miles de millones. Ni siquiera se han garantizado hasta la fecha cesiones simbólicas de puertos como El Molinar y aeropuertos como Son Bonet. Eso sí, una lluvia torrencial de convenios vagos, el equivalente a las infinitas comisiones mixtas del REB de 1998. Porque no hace falta un Decreto Ley de Sánchez, existe una Ley del Régimen Especial de las Illes Balears, firmada por Aznar y Juan Carlos I además de virgen en su aplicación. Después de veinte años de carcajearse de aquella patraña, es posible que contenga más potencial que el engendro pergeñado ahora con prisas para enmascarar un engaño mayúsculo.

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