"Llore agente, llore, el director general también llora", ha sido la compasiva orden que le ha dado el director general de la Guardia Civil, Félix Azón, a Nora Pérez, guardia civil de 28 años, que intentaba contener las lágrimas que le caían a trompicones en un acto celebrado hoy en Sant Llorenç des Cardassar.

"Claro que tienes que llorar, la tensión se aguanta y se rompe, todos lloramos a veces", ha reconocido el "jefe" de la Guardia Civil, que esta mañana ha querido agradecer en persona el trabajo "heroico" de los agentes y visitar Sant Llorenç des Cardassar y S'Illot, localidades azotadas por la riada del pasado día 9 que ha dejado 13 fallecidos y millonarias pérdidas.

En un día otoñal, ventoso y con puntas de sol, una veintena de agentes han sido saludados emotivamente por el director general.

Poco antes de que Azúa parara en el puesto de mando avanzado, los agentes se han abrazado, como si fueran de su propia familia, al británico David Robinson, que ha perdido a su mujer, Joana, de 40, y a su hijo Arthur, de 5 años, con el consuelo de que su hija Úrsula, de 7, logró ser salvada por un joven ciclista alemán que la recogió del agua embravecida.

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"Ahora empiezo a asimilar lo que he vivido, no he llorado hasta el día de hoy, estoy asimilando todo esto", ha relatado a Efe la agente Nora Pérez, que ha asegurado: "Cuando llegué el martes (pasado a Sant Llorenç) me quedé paralizada, en shock, pensaba que no saldría de allí, pero se actuó, se actuó...".

Nora logró junto a su compañero Sergio Mantas, de 34 años, salvar a cuatro miembros de la familia Heredia: empotraron su jeep junto a la pared de una casa, subieron por el capó y desde allí accedieron a una ventana de la casa para sacar a sus habitantes asustados.

"Según van pasando los días te vas dado cuenta de todo, se agradece (haber salvado a personas) y casi formas parte de sus familias", ha comentado Mantas. "Gracias a Dios nos pudieron salvar y no tuvimos una desgracia", ha apostillado alegre Juan Francisco Heredia.

Ha sido una mañana de agradecimientos, emoción, abrazos, sonrisas y lágrimas contenidas y no contenidas. El director general les ha transmitido a los agentes el mensaje del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que han hecho un "trabajo extraordinario", no solo ellos, sino todos los profesionales implicados en el día de día de esta tragedia.

"Olé, olé y olé; si hemos podido salvar una vida magnífico y si no hemos podido, magnífico: es nuestro trabajo, es lo que toca", les ha dicho Azón, que ha añadido: "Gracias, para mí es un honor servir a la Guardia Civil, me emociono y no tengo 12 años".

En el acto estaban presentes guardias civiles de las diferentes unidades que han trabajo sin descanso estos días: canina, científica, buzos, helicópteros y de montaña, entre otros.

El padre de Arthur, que lleva en el dedo meñique de su mano izquierda el anillo de compromiso de su mujer, ha querido dar las gracias a todos por el trabajo realizado, pero Azúa, mientras le agarraba de los dos brazos, le ha parado: "Gracias no, es nuestro trabajo".

Poco después, la abuela del pequeño Arthur, se ha acercado a Arsa el labrador de color negro azabache de 22 meses que ha venido desde Madrid y que ha trabajado día tras día en las tareas de búsqueda.

Los familiares han aprovechado para acariciarle, el perro lo ha agradecido contento y a la madre de Joana y abuela de Arthur se le ha escapado: "Se lo merece".

También ha dicho orgullosa que son una familia "muy unida", pero que el camino que tienen por delante es " muy largo", como el de todas las familias y amigos que han perdido a un ser querido.

Tras la tragedia, Sant Llorenç recupera su tranquilidad, aunque muy lentamente.