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Balears bate un récord histórico de empresas gracias a la fuerte mejoría de su rentabilidad

Las islas rompen por primera vez este verano la barrera de las 49.000 compañías de alta en la Seguridad Social gracias al impulso del sector servicios - El comercio, la construcción y la industria siguen estando por debajo de los niveles que presentaban antes de iniciarse la crisis económica

El comercio minorista es una de las actividades que no ha logrado recuperar el número de empresas previo a la crisis. M. Mielniezuk

Balears ha alcanzado este verano la cifra más alta de empresas de toda su historia. Los datos facilitados por la Seguridad Social reflejan no solo la recuperación de los centros de trabajo que se destruyeron durante la crisis, sino además un cambio en su perfil, con un peso en la actualidad muy superior del sector servicios en detrimento de la construcción y de la industria. La explicación de este impulso, según se destaca desde la Fundación Impulsa, no es otro que la notable mejoría que se ha registrado en la rentabilidad financiera de las sociedades isleñas.

Los datos facilitados por la Tesorería General de la Seguridad Social sitúan el nuevo récord histórico en las 49.029 contabilizadas al cierre de junio, para situarse en julio ya con un ligero descenso y quedarse en 48.782 altas. Jamás hasta ahora se había superado en las islas la barrera de las 49.000.

Estos datos suponen superar los niveles 2007, previos a la crisis, cuando la cifra de junio se quedó ligeramente por debajo de las 48.000.

El director de la Fundación Impulsa, Antoni Riera, subraya lo excepcional que la situación de Balears resulta en relación al resto del país. Porque las islas no solo tienen ya más tejido empresarial que antes de la crisis, sino también más empleo y su Producto Interior Bruto (PIB) queda también por encima del que existía en 2007, situación que no se vive en el conjunto de España. Aunque hay una advertencia: Riera señala que el crecimiento económico no está conllevando un mayor bienestar para los baleares, dado que la asignatura pendiente sigue siendo la recuperación de la renta per capita.

Un buen negocio

La explicación de que el archipiélago haya situado su tejido empresarial en niveles históricos es relativamente simple: las islas son un buen negocio.

Los datos de i|empresa (una herramienta de la Fundación Impulsa) desvelan que la rentabilidad financiera media de las empresas de Balears ha registrado un fuerte repunte y ya se situó al cierre de 2016 en un 13,2%, cuando en 2011 era de solo un 5,1%. Igualmente, la ratio de endeudamiento medio se ha reducido, mientras que la liquidez y la solvencia han mejorado. O lo que es lo mismo, no solo hay más empresas que nunca en el archipiélago, sino que además son más sólidas dado que su salud es mejor que la que tenían hace siete años.

Eso no significa que sean 'grandes empresas'. Según se destaca desde Impulsa, la mayor parte de la ampliación del tejido productivo de las islas se ha registrado en el tramo de las microempresas (las que tienen menos de diez trabajadores).

Pero igualmente relevante es el cambio de perfil que se ha dado en el tejido empresarial balear, con un fuerte crecimiento en la rama de servicios (fruto del impulso que la actividad turística ha tenido durante los últimos años), en detrimento de la construcción y de la industria, cuyas cifras siguen siendo inferiores a las que había en 2007 (y a las que no se aspira a llegar en el caso del 'ladrillo').

El peso de los servicios

La recuperación del tejido empresarial balear se ha sustentado en el sector servicios, con 39.514 y 39.512 altas en junio y julio de este año respectivamente, cuando el máximo alcanzado en 2007 fue en julio con 36.394. Eso supone que en estos momentos hay un 8,5% más que antes de iniciarse la crisis.

Este fuerte aumento aparece claramente reflejado en ramas como la restauración y la actividad de alojamiento, donde alcanza una tasa del 16%. Pero también resulta evidente en las empresas inmobiliarias (no confundirlas con la construcción), que gestionan la compraventa de viviendas usadas o su alquiler, por citar un ejemplo, fruto de la fuerte demanda residencial, buena parte de la cual es extranjera, existente en Balears.

Por contra, el comercio minorista evidencia los problemas que presenta (como la competencia del comercio online), ya que su cifra se mantiene por debajo de la que había durante el verano de 2007, con 8.275 empresas durante este último año frente a las 7.321 actuales.

Todo ello con una evidente pérdida de fuerza en la actividad constructora. Junio se cerró con 6.242 empresas de alta y julio con 6.041 en este sector, cuando en 2007 esas cifras habían sido de 8.035 y 7.793 respectivamente.

En el caso de la industria, el pasado julio se contabilizaron 3.046, todavía por debajo de las 3.276 que aparecían registradas en ese mismo mes de 2007.

Pérdida de velocidad en el crecimiento

El director de la Fundación Impulsa, Antoni Riera, señala la existencia de riesgos en la economía balear, con la desaparición de algunos de los 'vientos de cola' que hasta ahora la han empujado desde el exterior. Eso supone que el crecimiento económico de las islas se va a sustentar cada vez más en factores internos (como el consumo de los residentes) y se va a dar una desaceleración, algo previsible dado que el ritmo con que se estaba creciendo era muy fuerte. La asignatura pendiente, insiste Riera, es transformar el crecimiento en bienestar.

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