El sector de la enseñanza concertada, que en Balears tiene un gran peso al escolarizar al 40% del alumnado, ha reaccionado con preocupación a las declaraciones hechas por la nueva ministra de Educación, Isabel Celaá, sobre esta enseñanza financiada con fondos públicos, sobre la asignatura de Religión y sobre los colegios que separan a los niños por sexo.

En su comparecencia en el Congreso, la ministra reconoció el valor de la enseñanza concertada pero expuso su intención de modificar artículos de la LOMCE, como el 109 que fija la programación de plazas concertadas "por demanda social", algo que según el gobierno socialista puede "propiciar en algunos casos que la escuela pública pueda ser considerada subsidiaria de la concertada" cuando el red pública "ha de ser referente del sistema educativo".

Respecto a la Religión, Celaá anunció que dejará de ser asignatura evaluable para la media (continuará siendo de oferta obligatoria por parte de los centros y de elección voluntaria para los alumnos). Y sobre los centros que segregan al alumno por sexo (opción respaldada por el Tribunal Constitucional), la ministra abogó por iniciar un diálogo con ellos.

La plataforma Concertados, en la que forman parte a través de sus confederaciones las patronales Escola Catòlica y CECEIB así como los sindicados FSIE y USO y la asociación de padres CONCAPA, han emitido un comunicado en el que muestran su inquietud por la eliminación del criterio de la demanda social, "la elección de las familias", a la hora de mantener los conciertos.

También critican que Religión pierda su carácter académico y lamentan que se aprueben estos cambios "de forma inmediata y urgente" y "sin el consenso necesario y sin el diálogo al que apeló en su toma de posesión la ministra".

Por ello, estas organizaciones estudian "acciones conjuntas" para "defender la libertad de enseñanza basada en una complementariedad real" entre pública y concertada. Así, han acordado pedir una reunión urgente con la ministra; la convocatoria de la Mesa de Enseñanza Concertada e iniciar una campaña de concienciación e información a la sociedad y a las familias "sobre las consecuencias" de estas medidas.

La federación de enseñanza del sindicato USO en Balears registró el pasado viernes un escrito en la conselleria de Educación con una serie de cuestiones sobre la asignatura de Religión, insistiendo que es una materia que eligen "de manera voluntaria y democrática miles y miles de familias", que ahora se ven "marginadas".

Cabe recordar que desde que, es una materia evaluable (con la entrada en vigor de la LOMCE), el número de alumnos que eligen Religión ha aumentado en todos los cursos, un crecimento especialmente acentuado en ESO.

El sindicato considera que en general las propuestas de Celaá suponen el "retroceso de una década" y "volver a enfrentamientos que se consideraban ya superados", algo que, critica la federación, no favorece un posible acuerdo educativo. USO reclama más medidas contra el fracaso escolar.