El holandés Gerard van Vliet y su hijo Rogier crearon la Fundación Adessium en 2005 con dos premisas: luchar por la conservación del medio marino y por una sociedad más abierta y transparente. Una concepción transversal que le ha llevado a ser uno de los donantes de referencia de dos organizaciones tan diferentes como Oceana y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación que el año pasado destapó el caso de ´Los papeles de Panamá´.

La familia van Vliet hizo fortuna comerciando con cereales y semillas de aceite. A finales de los ochenta vendieron su empresa y se plantearon qué hacer con tanto dinero. En ese momento empezaron a transitar por el mundo de la filantropía.

"Al principio nuestras ideas divergían. Rogier quería que nos centráramos en la protección de la naturaleza. A mí también me interesaba, pero me inclinaba más por los temas sociales. Pensé: ´Vivimos en Holanda, miremos qué podemos hacer aquí y más allá de la esquina. Al final nos metimos en una mezcla de temas sociales y medioambientales, trabajando por una sociedad equilibrada´", declaró Gerard van Vliet el pasado diciembre en una entrevista que el filántropo y su hijo concedieron a la revista londinense Alliance.

Fue la primera vez que los van Vliet aceptaron hacer declaraciones a un medio de comunicación. Siempre han rehuido los focos y los micrófonos, pese a ser figuras relevantes dentro y fuera de Holanda.

Los holandeses, que han seguido ganando dinero en el sector financiero, explicaron en la misma entrevista las encrucijadas morales que surgen en su mecenazgo. "Te planteas cuestiones filosóficas aparte de prácticas. Por ejemplo, recientemente apoyamos un proyecto para entrenar a dos perros guía para personas ciegas. Nos gastamos 60.000 euros y por esa misma cantidad podríamos haber ayudado a doscientos niños en África", subrayó Gerard van Vliet.

Estos mecenas han puesto el foco sobre Baleares, donde veranean desde hace tres décadas. Consideran que el ecosistema marino corre riesgos y han comprometido más de un millón de euros para combatirlos.

Sin embargo, no será la primera vez que Adessium, que cuenta con un presupuesto de dieciocho millones de euros anuales, actúa en el archipiélago. Desde hace un año apoyan económicamente el proyecto La mar, una responsabilitat compartida, una iniciativa del GEN-GOB de Ibiza que persigue mejorar la calidad ambiental del mar y de los recursos marinos. El siguiente paso es más ambicioso. Marilles, franquicia de Adessium en las islas, liderará varios proyectos medioambientales para los que hay comprometidos 1,3 millones de euros.