El atentado terrorista que el pasado jueves golpeó el corazón de Barcelona no va a tener efectos negativos en la actividad turística y económica de Mallorca a corto plazo. Así lo expresaron ayer de manera unánime representantes del mundo turístico y empresarial del archipiélago consultados por este diario. Todos expresaron su solidaridad con las víctimas y familiares del ataque, al tiempo que pronosticaron una vuelta a la normalidad en un breve lapso de tiempo.

"Nuestra más enérgica condena y nuestro pésame a los familiares afectados. Estamos preocupados, siempre que pasa algo así todos estamos en 'shock' durante un tiempo. Sin embargo, después lo vamos digiriendo y esa inquietud da paso a la normalidad", valoró Antonio Abrines, presidente de la Agrupación Empresarial de las Agencias de Viajes de Balears (Aviba).

"La gente es consciente de que algo así le puede pasar en París, en Barcelona o en la plaza de su pueblo, pero todos seguimos con nuestro ritmo de vida normal. Es evidente que nada de esto es positivo para el turismo, pero es importante que los terroristas no consigan cambiar nuestros hábitos de vida", añadió.

En el mismo sentido se expresó la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), Inmaculada Benito, que no se aventuró a pronosticar si a largo plazo ataques como el de Barcelona pueden llegar a alterar la actividad turística. "Ahora es momento de expresar nuestra más enérgica condena contra este atentado y nuestro apoyo a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Estamos preocupados porque con este tipo de ataques se pone en evidencia la vulnerabilidad de los destinos turísticos. De todos modos ahora mismo hay que actuar con calma, tranquilizar a nuestros clientes y procurar que se sientan cómodos", subrayó Benito.

"Es demasiado pronto para pronósticos. No tenemos inputs para saber si esto puede derivar en cancelaciones. Lo importante a corto plazo es mantener la calma y hacer ver a los turistas que España es un país hospitalario y seguro", reclamó la presidenta de la FEHM.

No hubo noticias de cancelaciones por parte de los turistas que están veraneando en Mallorca. Un atentado tan cercano generó inquietud, pero no miedo. "No me consta que haya habido anulaciones o algún tipo de incidencia. La sensación es que no nos afectará directamente. Quizá a medio y largo plazo, pero desde luego no este agosto", aventuró Francisco Marín, presidente de la Asociación Hotelera de la Platja de Palma.

"Esta vez el ataque terrorista ha sido más cerca, pero tengo la impresión de que la gente se ha empezado a acostumbrar. Superado el 'shock' hacemos vida normal y eso incluye no alterar nuestro modo de pasar las vacaciones", valoró Marín. "Hay un ejemplo muy ilustrativo. Ayer [por el jueves] me contaron que en la Sagrada Familia los turistas se enfadaron porque tenían una entrada comprada y les cerraron el templo por seguridad. La gente quiere seguir con su vida, incluso los que han vivido un atentado tan cerca", señaló el presidente de los hoteleros de Platja de Palma.

"No es un atentado turístico. Es político o ideológico, pero no turístico", matizó Jaume Horrach, presidente de los hoteleros de Alcúdia y Can Picafort. "Es agosto y van a zonas turísticas para hacer el mayor daño posible. Hay gente que no acepta la diversidad y quieren trasladar sus complejos a los que sí la aceptamos", destacó el hotelero mallorquín.

También describió un panorama marcado por la normalidad de un día cualquiera en temporada alta. "Hay tranquilidad. La gente no ha cambiado sus hábitos, como tiene que ser. Por cuatro desgraciados no vamos a dejar de hacer vida normal. Y esto vale para el turismo y para la vida en general", manifestó Horrach.

Los dos principales sindicatos de las islas coincidieron en pedir unidad y apostar por volver a la normalidad lo antes posible. Así se expresó José Luis García, secretario general de Comisiones Obreras de Balears: "Contra esto solo se puede luchar desde la cohesión y la solidaridad del conjunto de la sociedad. Es la única manera de combatirlo".

Su homólogo en UGT aseguró sentir "un dolor y una impotencia muy fuertes", al tiempo que reclamó pasar página. "No habrá incidencia en la actividad económica. Tenemos que seguir con nuestra vida, que es lo que más les duele a estos fanáticos", subrayó Alejandro Texías.

En todo caso, el sindicalista admitió la dificultas de combatir este tipo de acciones terroristas. "Luchar contra estos fanatismos es imposible. El chaval que conducía la furgoneta tiene solo 17 años, a esas es fácil manipularlos. Sí se pueden poner cortapisas para dificultarles las cosas y apoyar el trabajo de las fuerzas armadas", razonó Texías.

"Todos nos sentimos heridos cuando nos enteramos de este tipo de ataques, da igual si suceden en Barcelona o París", expresó Bernat Coll, presidente de la patronal de comercio Pimeco. "Desde un punto de vista económico no creo que afecte a corto plazo, pero a largo plazo es posible que tenga incidencia en el movimiento de personas. Puede calar un miedo de viajar, no particularmente a Mallorca, sino a las principales ciudades europeas. Y eso sí puede acabar afectando a la economía", afirmó Coll.

"Lo preocupante es que esto es como una lotería. Puede pasar en cualquier parte en cualquier momento. No hace mucho detuvieron a un 'yihadista' que planeaba atentar en Inca", recordó el presidente de Pimeco.

Antoni Vilella, secretario general de Afedeco, también se manejó con prudencia a la hora de valorar posibles efectos negativos para la economía y el turismo de Balears. "Estamos preocupados porque cometieron el atentado en una zona emblemática y turística, y eso nos pone a todos sobre aviso. Sin embargo, es imposible determinar si esto va a conllevar efectos negativos inmediatos", expresó Vilella.