-¿Qué busca actualmente el inversor en Balears al reclamar los servicios de KPMG?
-Sobre todo se buscan hoteles, porque es un sector protegido. Tiene dos beneficios: uno es el valor inmobiliario del propio hotel y otro es el valor del negocio que genera, que es relevante. En Balears hay grandes grupos punteros en el mundo, pero también mucho hotelero con uno o dos establecimientos, en los que hay un cambio generacional y una de las posibilidades al asumir la herencia es la desinversión en los hoteles, mientras que otros concentran y crean grupos medianos nuevos.
-En sus 25 años de historia en Palma, ¿que cambios ha registrado la demanda que ustedes reciben de sus clientes?
-El empresariado balear se ha adaptado a la prestación de servicios múltiples que podemos ofrecerle desde una multinacional. Podemos prestar servicios multidisciplinares, no solo de auditoría, sino abogados o asesoramiento empresarial, y hemos combinado lo que el empresario de las islas quiere, que es tener a alguien de confianza. Al principio se nos veía como multinacionales impersonales, pero poco a poco hemos ganado la confianza de la clientela de Balears.
-¿El asesoramiento que se les demanda también ha ido cambiado con el tiempo?
-Sí, porque inicialmente se nos identificaba solo como auditores, pero hoy en día se nos encargan proyectos de todo tipo, como asesoramiento financiero, para compras de empresas, de reestructuración empresarial, y hemos participado en muchas de las reestructuraciones bancarias de grupos importantes de Balears, e incluso de gestión o control del fraude. Siempre habíamos tenido esos servicios, pero al principio se nos veía como auditoras y ahora somos 'consultores de cabecera'.