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"A las empresas no les gustan las inspecciones de trabajo, pero las que cumplen deben agradecerlas porque es una manera de crear una sana competencia de mercado".

Entrevista

Apol·lònia Julià: "La situación de los juzgados de lo social de Palma es casi de colapso"

"Si se pretende un mercado laboral flexible y seguro, bienvenido. Pero en la práctica no es así. Es sólo flexible"

-¿Se marcó algún reto al asumir la presidencia del Colegio?

-Más que un reto, voy a intentar potenciar algo que ya se hacía, que es incentivar mucho a los jóvenes, a los estudiantes de graduado social. Estamos creando muchos vínculos con la UIB, con colaboraciones que aún estamos preparando. Por ejemplo, está ya casi cerrado un convenio de colaboración para que los estudiantes realicen prácticas en nuestra Oficina Jurídica Laboral. También tenemos creada la figura del precolegiado, por la que los estudiantes pueden acceder a casi todas las formaciones que se hacen en el Colegio. También es fundamental combinar la gente nueva con los graduados más experimentados. Además, me gustaría incentivar a los graduados sociales de la Part Forana. De algún modo quisiera hacer el Colegio más cercano y funcional.

-¿Para qué sirve un graduado social?

-Un graduado social es un técnico jurídico especialista en temas laborales y sociales y recursos humanos, el único que realmente es un técnico especialista en estos temas. Es la persona que atiende a las empresas gestionando sus recursos sociales y laborales y asesora en materia de contratación. A la vez, es el que atiende y asesora a los trabajadores en materia de derechos laborales y sociales. Hay graduados sociales que se enfocan solo en el tema empresarial, otros que se dedican sólo a defender los intereses de los trabajadores y otros que atienden los dos ámbitos. Tratamos desde reclamaciones de salarios, despidos, pensiones, invalidez, incapacidad temporal, jubilación...

-Supongo que con el estallido de la crisis habrán notado un aumento de clientes.

-En estos momentos la problemática laboral es tremenda. El graduado social ha tenido que afrontar la crisis como todo el mundo. El que lleva solo gestión de empresas ha visto reducido enormemente su volumen de negocio al haberse reducido mucho, por parte de las empresas, las nóminas que gestionaba. El que disminuyan las nóminas no significa que una empresa no necesite a un graduado social. La administración introduce la administración electrónica y la publicita como una mejora, como algo que facilita. La realidad es que eso no es así, que no se traduce en más sencillez. Ahora mismo, la gestión de un empresa hace imprescindible un gestor. Es evidente que dentro de unos años todo será telemático, pero el embrollo y dificultad normativa que hay ahora, la cantidad de contrataciones, bonificaciones, excepciones... obligan a tener un profesional para la correcta gestión de tu empresa o para la correcta gestión de tus derechos. Esto puede ser una ventaja, por desgracia, para los profesionales del sector.

-¿A qué se refería cuando ha dicho que ahora mismo el tema laboral es tremendo?

-Los últimos datos de desempleo muestran un descenso del paro. Pero a la vez, los datos sobre el tipo de contratación siguen siendo preocupantes. Sin duda lo es para los trabajadores, que no están recuperando los derechos que se han ido perdiendo y la contratación sigue siendo muy temporal. Pero también para las empresas, que empiezan lentamente a notar una pequeña recuperación pero tienen unos costes sociales muy elevados."Al menos ha habido tres casos que para cuando llegó la fecha del juicio por invalidez ya habían fallecido"

-El mercado laboral de Balears está marcado por la estacionalidad turística. ¿Ante esta temporada han notado alguna diferencia respecto al pasado verano en lo que se refiere a contrataciones?

-Por el momento, no. La perspectiva es buena, pero habrá que esperar al final de la temporada para ver el resultado. Espero que esa recuperación económica, o ese mayor turismo, sirva para que se demuestren en números que ha habido mayor contratación, más empleo y mejor.

-El pasado año también fue una buena temporada turística, que no acabó de notarse en las contrataciones. ¿Hay algún motivo para pensar que este año será diferente?

-Es que... Yo no digo que todo el problema sea de las empresas. Hay una cantidad enorme de contratos posibles y muchas bonificaciones, pero la letra pequeña de todos ellos es muy difícil de cumplir. No hay incentivos reales para la contratación y no sé si los habrá. Pero una buena temporada debería notarse en las contrataciones.

-El actual Govern afirma que, con la marcha de la economía balear, ha llegado el momento de empezar a subir los sueldos.

-De momento no se está produciendo esa subida. Yo creo que la única forma de que se materialice una subida de sueldos es que se aumente de una vez por todas el salario mínimo interprofesional. Sería una buena medida.

-Una de las cuestiones que están sobre la mesa en este largo período electoral es el de la reforma laboral del Gobierno de Rajoy. ¿Ha servido para algo esta legislación?

-Hay dos teorías y las dos tienen defensores entre los graduados sociales. Para unos sí ha servido, ya que ha permitido una flexibilidad mayor a las empresas y que muchas de ellas no se vieran obligadas a cerrar. Esto no puede obviarse, porque realmente ha sido así. Hay otros compañeros que defienden que en realidad solo ha servido para la mayor perdida de derechos laborales de los últimos treinta años.

"El mercado laboral se está usando como moneda de cambio entre los partidos, con constantes cambios legislativos"

-¿Y usted qué cree?

-Es que generalizar en estas cosas siempre es malo. Además la normativa tal vez olvida a la mediana y pequeña empresa. La gran empresa aprovecha un poco más esos cambios normativos. Evidentemente habrá empresas que habrán abusado de esas posibilidades. Lo que pasa que también las hay que no, sobre todo las pequeñas y medianas empresas que al final acaban siendo las más perjudicadas, cuando son las que mantienen la economía de España. Lo que sí tengo claro es que tras la reforma laboral la sociedad ha cambiado la mentalidad. Hoy ya no está la percepción de que un contrato fijo es para toda la vida. Eso sí ha logrado la reforma laboral, el flexibilizar el mercado laboral. Esta flexibilización puede ser segura o insegura según se use.

-¿Se refiere al concepto de flexiseguridad?

-Sí. Si se trata de un mercado flexible y seguro, bienvenido sea. Pero en la práctica eso no se está dando. Es flexible y ya está. Esta misma reforma laboral quizá en un momento económico diferente hubiera dado otros resultados, pero en estos momentos... A eso hay que sumarle cosas como la bajada de prestación de desempleo. Veremos si esa pequeña mejora económica que dicen que hay da sus frutos. Es complicado. Yo siempre digo que sin empresas no hay trabajadores y que sin trabajadores no hay empresas. Hay que encontrar la perfecta combinación entre ambas. Las empresas demandan menores costes sociales, y los trabajadores mayor seguridad y mejores salarios. Es complicado.

-¿Qué es mejor, mantener esa reforma laboral o derogarla?

-Yo más que decirle lo que es mejor o peor, le diré lo que todo el mundo sabe, es decir, que si gana el PP no se derogará y si ganan otros se derogará. Tenemos una indefensión jurídica enorme. Hay mucha conflictividad judicial, muchas cosas que acaban en los juzgados. Los políticos deberían regular las relaciones laborales de manera más clara y contundente. Llevamos cinco, seis, siete años con constantes cambios en la normativa jurídico laboral. Yo lo que pido es que sea quien sea quien gane, si hay una reforma se haga concienzudamente, sin que a los pocos meses sea necesario modificarla. El mercado laboral no puede estar con constantes cambios. El mercado laboral en España se está utilizando ultimamente como moneda de cambio entre los partidos. Si llega uno lo cambia y si no, no. No puede ser. Hablamos de gente que lo pasa muy mal, de empresas que intentan salir adelante. La inseguridad jurídica que tenemos es tremenda.

-¿Han notado algún cambio con el Govern del Pacto en materia laboral en Balears?

-Iago Negueruela, el conseller de Trabajo, es un buen técnico. Me parece un buen conseller. Ahora van a empezar la campaña de inspecciones, con refuerzo de personal, que ya se realizó el pasado verano. Las empresas que cumplen deben estar contentas de que hagan cumplir a las otras, porque están haciendo competencia desleal, aparte de ilegal. A las empresas lógicamente no les gusta las inspecciones de Trabajo, pero las que cumplen deben agradecerlas, porque es una manera de crear una sana competencia de mercado.

-¿Cual es la situación de los jugados de lo social?

-Casi de colapso. Yo tengo citaciones para finales de 2018. Cada uno de los cuatro juzgados de lo social de Palma acumula unos 1.500 procedimientos, y el de refuerzo unos mil. Con datos del pasado año, había unos 7.000 procedimientos pendientes. Necesitaríamos como mínimo dos o tres juzgado más de lo social. El caos no es mayor porque el personal, desde los funcionarios del juzgado a las secretarias judiciales y los jueces, están volcados en su trabajo. Llevamos años diciéndolo y seguimos igual. Esto en la Comunidad Autónoma que más empleo generó el pasado mes.

-¿Qué implica este colapso en la práctica?

-Por un lado, evidentemente, un enorme esfuerzo de los profesionales. Para el afectado es terrible. El pasado año, ante una enorme demora de un expediente de invalidez, me fui a quejar y me dijeron que no podían hacer nada, que estaban colapsados y que incluso había gente que había perdido la vida antes de que se celebrara el juicio de invalidez. Me dijeron que al menos había habido tres casos que para cuando llegó el juicio, ya habían fallecido. Con la crisis ha habido un considerable aumento de procesos judiciales.

-¿Siguen aumentando?

-Tal vez en estos momentos la conflictividad en lo que se refiere a despidos ha bajado un poco porque hay menos despidos ya que hay menos empleo. Pero eso no significa que hayan bajado los conflictos laborales. La conflictividad en el despido objetivo, por causas económicas ha disminuido, pero ha subido mucho la conflictividad en reclamación de derechos laborales como jornadas, horas extras y salarios. Hay mucha gente que no paga.

-La Oficina de Orientación Jurídica del Colegio también ha aumentado el número de personas que acuden a ella

-Sí. Empezó a funcionar a mediados de 2011 y asesora de manera gratuita a los ciudadanos en temas jurídico laboral y social. En plena crisis, pensamos que este servicio era una manera de ayudar a la sociedad. Entre Mallorca y Eivissa hay más de 50 graduados sociales atendiéndola, de manera altruista. Es un servicio de orientación, no de resolución. Está abierto a ciudadanos y empresas, pero los que más vienen son trabajadores. El pasado año la Oficina atendió a 602 personas, lo que supuso un aumento del 16 por ciento respecto a 2014. Este año aún no tenemos datos.

-¿Cuándo se incorporarán los graduados sociales al sistema de turno de oficio?

-Precisamente la Oficina de Orientación Jurídico Laboral es de algún modo la antesala de esto. La modificación de la Ley de Enjuiciamiento Civil de octubre del pasado año incorporó al graduado social como técnico especialista en tema jurídico laboral y social. Ahora hay una comisión creada que decidirá la forma o los requisitos formales para el acceso al turno de oficio del graduado social y calculo que en un año o así podría producirse. Es algo que llevábamos años reivindicando.

-¿Cuál es el principal problema de su sector?

-Desde el punto de vista profesional, yo pondría en primer lugar la inseguridad jurídica. Y la percepción de los profesionales de que la administración no tiene un rumbo definido y fijo.

-¿Y del mercado laboral de Balears?

-La estacionalidad, evidentemente. La falta de industria, de un sector propio de producción y el enfoque casi exclusivo hacia el turismo nos ha traido buenos años, pero no debería ser el único. O no ser tan estacional. A eso se añade la oferta del todo incluido, que ha hecho mucho daño a la complementaria, a las pequeñas y medianas empresas del sector que vivían del turismo.

-¿Los graduados sociales ven que se esté saliendo de la crisis?

-No. Por ahora no. La gente sigue muy a la expectativa. Las empresas aún no tienen la suficiente confianza para contratar y a la vez los trabajadores no han percibido una mejora. Creo que es pronto para hablar de recuperación económica. En general la gente sigue expectante y cuando la gente está expectante no invierte.

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