Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

En contra

Ramon Llull: "Quiero examinar los restos de mi antepasado Ramon Llull"

Ramon Llull (Palma, 1963) es el vástago de 27 generaciones de su apellido, que se remonta por línea paterna hasta el núcleo del beato mallorquín...

Ramon Llull, último eslabón de 27 generaciones de Llull desde 1232, cirujano plástico. G. Bosch

-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿Quiere hacerle la cirugía estética al cadáver de Ramon Llull?”

-Sí, estamos en contacto con los estamentos religiosos porque tenemos en Sant Francesc un cadáver del siglo XIII, trasladado para evitar el robo de reliquias y desenterrado tres veces. En el pelo del pubis y en la mandíbula con dientes puede haber material genético, a comparar con los genes de todos los Llull. El proyecto se llama El GEN-i de Ramon Llull.

-¿Por qué se llama usted Ramon Llull?

-Soy un Llull por línea masculina de la generación 27. En el Llibre del Repartiment, se habla de las tierras concedidas a Ramon Llull padre y a sus hermanos. La inmensa mayoría de los 1.500 llulls actuales vivimos en Mallorca, somos una saga con orgullo mallorquín. Mi hijo Joan Ramon Llull, nacido en Estados Unidos, es la generación 28.

-Análisis previos de los restos concluyeron que Llull era bipolar.

-Esta afirmación es peregrina si se basa solo en datos biológicos, En una interpretación de sus textos no era bipolar, sino multipolar. Es un autor prolífico, que de los 50 a los 87 años escribe trescientos libros. Y un soñador había de atravesar por fuerza fases depresivas, cuando se siente “solo, pobre y menospreciado”.

-¿La fealdad es una enfermedad?

-Es la enfermedad de una sociedad que impone expectativas infundadas a sus individuos, porque los selfies han de salir perfectos. A la consulta viene gente con la cara impecable, pero quieren mejorarla.

-¿A cuántas pacientes disuade de que se cambien los pechos?

-A una cantidad considerable. Les digo que sus esperanzas superan lo que mis manos, la ciencia y la cirugía pueden proporcionarles. Probablemente se van a otro cirujano, pero un profesor me dijo que “te ganarás el prestigio por los pacientes que no operes”.

-Jaime Gil de Biedma: “Nada de lo que hagamos nos hará más jóvenes”.

-Está en lo cierto. Con las cirugías reparadoras podemos volver el reloj atrás, pero no lo podemos parar. Y Llull fue sabio porque era viejo.

-El otro Llull: “El arte del médico consiste en seguir la naturaleza, no en hacer una nueva”.

-Anunció el objetivo del Stem Center. Observamos que, cuando se produce una herida, la naturaleza llama a células para repararla. También nosotros cogemos tejido de donde nos sobra. La grasa, por ejemplo.

-Usted coloca pechos nuevos, rehace la Naturaleza.

-A más de trescientas pacientes les hemos reconstruido los pechos con su propio tejido adiposo. Lo potenciamos con células regenerativas, que contienen células madre pero no exclusivamente. No en todos los casos es posible.

-Dirige un centro de terapia celular, ¿se podría resucitar a Ramon Llull?

-La paleogenética está muy avanzada, y probablemente se dispone de suficiente tecnología para clonarlo. En el futuro habrá clonación humana, pero Llull ya está un poco en todos los mallorquines, salvo que tenemos un complejo de inferioridad.

-¿Por qué lo llaman cirujano plástico cuando quieren decir cirujano estético?

-Porque la estética juega un papel importante en un proceso reparador, que sin embargo no está alimentado por la vanidad. Hay que restaurar forma y función.

-¿Las células regenerativas sustituirán a las prótesis mamarias?

-Estoy convencido, igual que ahora generamos tejido para reparar la lipotrofia o deformación facial asociada al virus del sida, en un ensayo clínico autorizado.

-¿Ramon Llull sería hoy hotelero?

-Sería un activista defensor de la tierra. Si los hoteleros defendieran Mallorca como Llull, que firmaba “catalán de Mallorcas”, sería hotelero.

-¿Espera una conversión, como su antepasado?

-Espero tener una conversión hacia la trascendencia. Lo que perdemos, permanece en nosotros igual que Ramon Llull sigue en nosotros.

-Me parece que habla como viudo de María Darder.

-Efectivamente, soy la ausencia que dejan quince años de maravillosa relación. Era mi consejera, me impulsó a ponerme el mundo por montera y a hacer realidad el proyecto de Ramon Llull.

-¿Muchas bromas con su nombre?

-Fui a hacerme el DNI por primera vez en la Policía Nacional franquista. Una señora con gafas en la punta de la nariz, me preguntó con mal tono: “¿Nombre?” Se lo dije y me replicó, “la calle, no, el nombre”.

-Un cirujano mallorquín dice que sólo es feliz en el quirófano.

-Un mallorquín solo puede ser feliz en el quirófano si tiene ventanas. Ha de tener presente dónde trabaja.

Compartir el artículo

stats