El consumo de tabaco ha registrado en Balears un descenso vertiginoso durante los últimos años, pero esa tendencia a la baja parece haberse roto, con ligeros crecimientos en las ventas que desde el sector se achacan fundamentalmente a dos factores, como son el aumento en la llegada de turistas y la mejoría en el margen de consumo de muchas familias a medida que se va suavizando la crisis económica.
El descenso ha sido enorme, como lo demuestra el que en 2003 se vendieran en las islas 203,7 millones de cajetillas y en 2013 esa cifra quedara rebajada ya a los 86,9 millones, según los informes que elabora el Comisionado para el Mercado de Tabacos. Pero 2014 dio ya el primer aviso de que la tendencia estaba cambiando, al crecer hasta los 87 millones de cajetillas, y esta evolución al alza se está manteniendo en 2015: durante los siete primeros meses de este año esas ventas se han situado ya en los 50,6 millones de cajetillas de cigarrillos, superando así los 50,3 millones del mismo periodo del pasado año.
Este crecimiento aparece también en el tabaco para liar (se pasa de los 169.221 kilos de los siete primeros meses de 2014 a los 178.506 del presente ejercicio) y en el que se usa para pipa (crece desde los 9.242 a los 11.065 kilogramos en esos mismos periodos). Solo aparece un recorte en el caso de los cigarros, al descender de los 33,5 millones de unidades de 2014 a los 32,9 millones de 2015.
El presidente de la asociación isleña de estanqueros, Guillermo Mas, confirma esta mejoría pero recuerda que se produce después de que el sector "haya tocado fondo" con la fuerte pérdida de ventas de los últimos años. En su opinión, el repunte que comienza a detectarse se debe a que los residentes en las islas están comenzando a elevar su capacidad de consumo al suavizarse el impacto de la crisis. Hay que recordar que esta tesis se vio respaldada por el Instituto Nacional de Estadística, que cifró en un 2,1% el aumento del gasto que las familias isleñas hacen en tabaco y alcohol. Pero además, el presidente de la citada asociación señala también el impacto que está teniendo en la demanda el apreciable aumento que se está detectando en la llegada de visitantes a Mallorca.
Guillermo Mas apunta otro dato: la alternativa al tabaco, como han sido los cigarrillos electrónicos, ha sido flor de un día, y muchos de los establecimientos que se abrieron para su venta han terminado cerrando. Al respecto, afirma que la demanda entre los españoles es mínima y que solo tiene un cierto peso entre los británicos.
Incumplimientos generales
El portavoz de Nofumadores.org, Salvador Tárraga, coincide con Mas en los aspectos que éste apunta como causa del nuevo aumento de las ventas, pero en su caso hace una matización: el consumo de tabaco se está viendo favorecido por otros factores, especialmente el incumplimiento generalizado que los negocios de restauración hacen de la normativa durante los meses de invierno. Tárraga recuerda que cuando bajan las temperaturas las terrazas se cierran con lonas para instalar sistemas de calefacción. Al cubrir tres de los cuatro lados de la terraza, el consumo de tabaco debería estar prohibido (solo se permite cuando dos de los laterales están abiertos) pero "en todas se deja fumar sin que nadie lo impida".
Un segundo frente que en su opinión se debería afrontar es el hecho de que en el campo de fútbol de Son Moix se permita el consumo de tabaco, mientras que en el Camp Nou y en otros muchos estadios de Europa ya está prohibido por la vinculación entre deporte y salud.
También se reclama que se prohiba fumar en las playas, al "convertirlas en un estercolero de colillas" que quedan al alcance de los niños, con el riesgo de que los más pequeños se las lleven a la boca.
Y se reivindica igualmente que los hospitales isleños habiliten espacios para fumadores para evitar la imagen del personal sanitario fumando en el exterior.