Unas 400 personas quisieron conocer ayer las curiosidades que encierra la base naval de Portopí. Mediante las visitas guiadas, organizadas por la Armada con motivo del Día de las Fuerzas Armadas, se pudieron recorrer los rincones de una zona militar que ya en la Edad Media se utilizaba para defender Mallorca de los ataques de piratas y corsarios que navegaban por el Mediterráneo en busca de preciados botines.

Los visitantes formaban grupos de unas 20 personas. Con ellos un marino de la base les explicaba los diferentes enclaves del complejo militar.

Uno de los guías era el sargento Felipe Sánchez, que relataba cómo una de las torres de defensa que adornan Portopí se convirtió en uno de los faros más antiguos del mundo, ya que data del año 1617. Otro de los recorridos obligados era la plaza de Anclas, que preside la base naval.

Se trata de un gran espacio rodeado de edificios militares que alberga imponentes anclas de los más variopintos buques de guerra. Alguna de ellas supera las cinco toneladas para poder realizar su función de frenar el barco con solvencia.

Una de las actividades más importantes de la base naval de Portopí, además de la protección militar de Mallorca, es de apoyo a la Familia Real durante sus estancias en Mallorca. La incógnita de la continuidad de los nuevos reyes en la isla fue uno de los comentarios que se realizaron. El personal militar, como no podía ser de otra manera, evitó con destreza cualquier palabra sobre el tema. Pese a ello, sí que se pudo visitar el helipuerto que habitualmente la Casa Real utiliza para sus traslados.

A los visitantes les llamó mucho la atención la llamada Comisión Nacional de Regatas. Allí pudieron ver de cerca al Aifos, el barco que ha capitaneado durante años el futuro rey Felipe VI en las principales regatas que se han celebrado en la bahía de Palma.

Asimismo, se pudo observar el armamento y la tecnología naval militar que equipa el patrullero Tarifa. La gente transitó por gran parte de los compartimentos del barco. Tenían la oportunidad de estar en un lugar donde difícilmente volverían en su vida. El patrullero de altura Tarifa tiene su base en Cartagena (Murcia), pero se encuentra en Palma realizando la campaña del atún rojo en las aguas de Balears. Su misión es la vigilancia y la inspección de la flota pesquera y la flota auxiliar de cebo vivo, como es el caso de cañas, líneas, palangre y cerco de atún. El patrullero colabora en la protección del atún rojo, controlando que se cumpla la normativa sobre esta especie marina tan preciada.

La base naval de Portopí tiene repartidas por sus calles y plazas infinidad de misiles, flotadores, minas marítimas y anclas. Son utensilios del pasado que ahora se han convertido en monumentos a la actividad militar en el mar.