"Queremos ser los mejores padres", dijo el futuro Felipe VI al abandonar la clínica donde hace siete años nació su segunda hija, Sofía. En esta preocupación le secunda la princesa Letizia, que protege férreamente la infancia de sus niñas, empeñada en darles una crianza feliz y normal hasta donde pueda. La exposición mediática de otros pequeños miembros de las monarquías europeas, e incluso de los primos de las infantas, contrasta con el blindaje de las hermanas Borbón Ortiz. Salvo en Mallorca, escenario de las más bellas imágenes que ha dado el álbum público de Leonor de Todos los Santos, muy pronto XXXVI Princesa de Asturias.

La nueva familia real no va a cambiar su residencia en Madrid para que su vida doméstica se altere lo menos posible después de la entronización. Sin embargo, de forma inevitable la presencia pública de su primogénita deberá incrementarse ahora que recibe el título que a sus ocho años la convierte en la heredera más joven de Europa. Las apariciones con cuentagotas de la infanta (cine, circo, paseos en el centro comercial, inicio del curso, Navidad) se han acabado. Hace un mes compartía con sus padres y hermana su primer acto oficial, una conmemoración militar. Pese a que por expreso deseo de su madre las vacaciones mallorquinas se acortaron en beneficio de viajes privados lejos de los medios de comunicación, en la isla ha sido posible verla mucho más relajada y a su aire, como la niña dulce, educada y risueña que cuentan que es.

Leonor no comparte de momento con sus primos (ni con su padre) su afición por la práctica de deportes del mar. Felipe de Borbón aclaró hace un par de años que las niñas son aún muy pequeñas para recibir clases de vela en Calanova, tal vez este verano se apunten. Con todo, a los nueve meses la futura princesa de Asturias ya navegaba junto a su abuela la reina Sofía y su madre en la lancha Somni, para ver las evoluciones de su padre en las regatas. Sus primeras fotos en la isla, un paseo por el Casc Antic de las tres generaciones.

En el Club Náutico, las pequeñas infantas se han divertido junto a sus primos hasta que las circunstancias judiciales de los Urdangarin han separado a las familias. Hay multitud de imágenes cariñosas y espontáneas con sus abuelos y tíos paternos, aunque en la casa de Son Vent, en el recinto de Marivent, también pasa días en verano Carla, la hija de Erika Ortiz, fallecida en 2007. De este año es la última estampa de la familia real al completo en los jardines del palacio, pues en el siguiente estío ya faltó Jaime de Marichalar, divorciado de la infanta Elena.

Leonor ha jugado en el área infantil del Parc de la Mar, viajado en tren a Sóller, tomado helados en Portals y Jaume III, se ha bañado en las aguas de Cabrera y en las playas más bonitas, y ha disfrutado de la belleza de La Granja de Esporles. Desde el año 2006, las imágenes de sus veranos han permitido a los ciudadanos ver cómo crece la niña que puede llegar a reinar.

Y para confirmar que existe otra estación en Mallorca sin tanto sol y mar, la tradición consolidada de la Misa de Pascua en la Catedral regala otra serie de fotografías de la pequeña Leonor.

En los últimos años, la acompañan sus padres, abuelos y hermana, y en alguna ocasión su tía Elena. Significativo resultará ver si estas costumbres se mantienen, y siguen engordando el álbum de Mallorca, o la renovación que se espera de Felipe VI incluye nuevos paisajes para su futura vida como rey. Serán otros, pero seguro que no más bellos.