El exconseller de Turismo del primer Pacto, Celestí Alomar, aseguró ayer que si la Ecotasa se hubiera mantenido se habrían generado inversiones en Balears por valor de 800 millones. Unas inversiones, según Alomar, que habrían producido "un valor añadido al sector y la creación de nuevos productos turísticos para luchar contra la estacionalidad".

Alomar participó ayer en la mesa redonda titulada "A 10 años de la Ecotasa: una mirada hacia el futuro". Junto a él estuvo presente el expresidente de Fomento del Turismo, Miquel Vicens, y el profesor de Economía de la UIB Javier Capó. Moderó el debate el presidente de la Fundación Gadeso, el sociólogo Antoni Tarabini. Vicens rechazó las palabras de Alomar que calificó de "error" la derogación del impuesto. Según el representante del sector turístico: "Era un impuesto discriminatorio, ya que dejaba exento el turismo residencial. Además, se aplicó cuando ya se habían negociado los precios y fue una iniciativa en contra de los mercados".

El profesor de la UIB dio la razón a Alomar, indicando que era un impuesto "efectivo" y que tenía la finalidad de reparar los perjuicios que genera el turismo para los residentes. "La cogestión, la masificación, la contaminación y la degradación de territorio –apuntó Capó– son actividades que provocan unas consecuencias para las islas. La ecotasa tenía la finalidad de subsanarlas y de poner en marcha proyectos que hubieran supuesto un mayor valor añadido a nuestra principal industria". Capó añadió que en aquel momento no hubiera desencadenado una bajada de turistas, ya que hace una década el turismo alemán y británico no tenía el precio como una de sus principales finalidades.

El profesor de la UIB sí reconoció que era discriminatorio porque el turismo residencial no pagaba al abonarse solo en los hoteles y criticó que se gravara más en los establecimientos de mayor categoría. Consideró que debería haber sido junto al contrario.

Tanto Alomar como Capó coincidieron en que si el impuesto se hubiera mantenido ahora ya estaría consolidado. Al mismo tiempo, los ponentes reconocieron que en la actualidad, dada la situación económica y la gran fiscalidad, sería del todo imposible poner en marcha una ecotasa.

El exconseller del Pacto indicó que recibieron el beneplácito de los principales mayoristas de viajes y denunció la existencia de una campaña política en contra del impuesto: "Un ministro del PP me anunció la campaña en contra en un aeropuerto", aseguró Alomar.