Dos horas y media de debate y explicaciones condujeron a la única salida posible: la asamblea de Sa Nostra aprobó ayer por tercera y última vez la integración de la caja más emblemática de la isla en el Banco Mare Nostrum. No había marcha atrás. Por eso la asamblea de ayer tenía pinta de trámite. Un trámite definitivo, pero un trámite. Y eso es lo que fue: el punto final a 128 años de historia en solitario, que se cierran con un boda a cuatro bandas que convierte a Sa Nostra en un 13% del quinto grupo de cajas más grande de España. "Cola de león", como confesaba hace unos meses en entrevista el director general de Sa Nostra, Pau Dols, que desde ya es el cuarto hombre fuerte en el escalafón jerárquico de una entidad dotada de la estabilidad que dan las cuatro patas del nuevo banco.

Porque Sa Nostra ya es Banco Mare Nostrum. Un banco hecho de cajas. Sa Nostra y otras tres que mandan más: Cajamurcia, CajaGranada y Caixa Penedès, compañeras de aventura que repetirán el martes el trámite de confirmar una fusión para la que no hay marcha atrás. El Banco de España no lo permite. De hecho, es el Banco de España el responsable directo de la votación de ayer, que solo tenía un objetivo: refrendar los cambios en el reparto del negocio a los que obliga la imposición política de completar la fusión más rápido de lo previsto cuando la operación se aprobó por primera vez. El proceso iba a durar cinco años, pero las necesidades de España de mostrar firmeza en su reestructuración bancaria llevaron al Gobierno y al Banco de España a meter prisa.

Y lo han logrado. Se hará deprisa. A a la carrera: el proceso de integración de las cuatro cajas se completará con la mutualización del 100% de los beneficios y la prejubilación de 1.049 trabajadores de las cuatro cajas (239 de Sa Nostra) antes del final de 2011. Mucho antes de esa fecha, el próximo martes, Banco Mare Nostrum será ya la realidad casi única de unas cajas que, de momento, conservan su marca y la gestión de su parte de la obra social. De momento: el Banco de España ha dejado muy claro que su intención es que estos procesos bautizados inicialmente con el nombre de fusión fría sean finalmente un abrazo más cálido, un camino de ida sin vuelta, una integración total que hará que ya el 2 de enero Banco Mare Nostrum empiece a operar desde su sede central en la calle de Recoletos de Madrid.

Reparto de sillones

Aunque las decisiones estratégicas no emanarán de Madrid. El eje del grupo está más al sur: en la ciudad que da nombre a la caja que lidera la alianza, Cajamurcia, una entidad que hace una década tenía el tamaño de Sa Nostra pero gestionó con más habilidad los años de bonanza. Ganó así la solvencia suficiente para ponerse hoy al frente de un grupo de cuatro cajas en el que ostenta el 41% de los derechos y la presidencia ejecutiva, además de la mayor representación en el consejo de administración. Tendrá cinco miembros, por cuatro de Caixa Penedès, tres de CajaGranada, tres independientes (Luis de Guindos, Josep Manuel Basáñez y Miguel Ángel Cabello) y dos de Sa Nostra. La balear contará así con el voto de dos de los 17 sillones del consejo de administración, y además elegirá a dos de los 11 miembros de la comisión ejecutiva.

Cajamurcia será así cabeza de un león del que Sa Nostra será cola, un león con músculo firme tras la unión de euros y clientes y con vocación de liderar el arco mediterráneo español gracias a la cuarta red de oficinas más extensa del mapa de cajas forjado en la peor crisis financiera en 80 años.