Cinco responsables de área del Instituto Balear de Turismo (Ibatur) han confesado ante la Policía Nacional y el fiscal anticorrupción Miguel Ángel Subirán que manipularon expedientes de contratación y favorecieron a empresas concretas siguiendo las órdenes de sus jefes directos en la pasada legislatura, los entonces director gerente, Raimundo Alabern, y secretario, Miquel Ángel Bonet.

Los cinco empleados del Ibatur, organismo de la conselleria de Turismo encargado de promocionar Balears como destino vacacional, colaboraron plenamente con la investigación después de que fueran arrestados en la mañana de ayer, cuando se encontraban en sus puestos de trabajo. Defendidos por el abogado José Ignacio Herrero, prestaron declaración en la Jefatura de Policía y fueron puestos en libertad con cargos a las nueve de la noche. Durante su comparecencia, F. T. ; L.S; A.G; y P. P; encargados de los departamentos de Promoción, Ferias, Publicidad y Nuevas Tecnologías, además de una quinta persona, explicaron el amaño de los contratos menores, aquellos inferiores a 12.000 euros y que por Ley no requieren un concurso público y se conceden a dedo. Por el momento, las pesquisas se concentran en este tipo de adjudicaciones, de las que se han analizado cerca de cuarenta.

Básicamente, los empleados del Ibatur revestían de legalidad los encargos a las empresas, la principal beneficiada, la agencia de publicidad Clave y sus sociedades filiales -La Moderna, Quid Gràfic, Divulgalis, Iruo y Basse de Disseny-. El ´modus operandi´ comenzaba siempre por el tejado. Primero se pedía a Clave una factura y a partir de ella se construía un expediente de contratación con el objeto de ejecutar un trabajo más o menos urgente, informan fuentes de la investigación. Los propios empleados del Ibatur hablan de clara manipulación para favorecer a este grupo empresarial, propiedad de Luis Velasco, aunque también se están indagando adjudicaciones a otras empresas.

De estas pesquisas han surgido los nombres del empresario J. C., acusado de supuesta falsedad documental, y M. V. G, quien ha admitido ser el testaferro del primero, quien ocupa los cargos de administrador o socio de casi una decena de sociedades radicadas en Balears. Ambos fueron detenidos.

El fiscal, el juez instructor y los agentes sospechan que muchas de las facturas se hincharon y otras no corresponden con ningún trabajo. A los investigadores también les ha llamado la atención los gastos en promoción turística y las numerosas comidas en un conocido restaurante de la Bahía de Palma.