Una de las empresas registradas por comisiones judiciales el martes dentro de la operación Bomsai, la sede central de Llabrés y Feliu, dispone de modernos y sofisticados sistemas de seguridad.

La compañía, una de las mayores constructoras de Balears, utiliza una impresionante caja de seguridad, a la que se accede mediante la identificación de la huella digital de unas pocas personas autorizadas.

En ese registro, que duró hasta pasada la medianoche, estuvo presente Miguel Llabrés Feliu, que colaboró con la fiscalía anticorrupción para la localización de los documentos sobre los contratos. Llabrés fue conducido después a Comisaría.