La consellera de asuntos Sociales, Promoción e Inmigración, Fina Santiago, abogó por regularizar la prostitución. Rechazó sacar una normativa autonómica para combatir dicho problema. "Regularizarla en nuestra comunidad no es la solución, incluso se promovería el turismo sexual", argumentó para después instar al Estado a emprender una normativa unitaria para todos los territorios.

Ante las opciones de regularizar, legalizar o dejar la prostitución como está, Santiago eligió la primera. "La regularización es necesaria porque es una forma progresiva de reducir la prostitución", dijo la consellera en la mesa redonda sobre la prostitución en la calle organizada por la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados. Aseguró que detrás de la prostitución hay mucha pobreza y marginación ya que sólo un tres o un cinco por ciento de las mujeres la ejercen por elección propia.

El pedagogo de la UIB, Jaume Perelló, quien calificó de "muy dramática" la normativa de Calvià, insistió que prohibir la prostitución en la calle deja "sin nada" a las mujeres porque con sus características serían rechazadas por los dueños de los club de alterne.

El abogado Jaume Asens puso el ejemplo del distrito de Ciutat Vella de Barcelona. Sus responsables han apostado por que las mujeres se autogestionen a través de una cooperativa. "Los locales están controlados por las propias mujeres", apuntó. Los expertos que participaron en la mesa redonda señalaron que éste es un camino interesante para reducir el problema.