La adjudicación del solar de Can Domenge a las empresas Sacresa y Construcciones Ferrà Tur, que habían hecho una oferta manifiestamente más baja que otros participantes en el concurso, tiene todos los tintes para protagonizar un caso de prevaricación, malversación de fondos y fraude, como ha apreciado la jueza. El caso Can Domenge, donde una administración renuncia a una ingente cantidad de dinero en nombre de no se sabe qué, no cuadra con la lógica, aunque la política no tiene lógica. Esta vez les va a tocar a los dirigentes de UM, empezando por Flaquer y Nadal, explicarse.