Ante la parálisis del mercado, los vendedores de viviendas buscan en las subastas privadas un empujón a las transacciones. La firma Palma Property Auctions S.L. no había organizado una almoneda desde la última crisis, la de principios de los 90. El próximo 5 de mayo, en la sede del Colegio de Abogados de Balears, vuelve a la carga con un catálogo compuesto por cerca de una veintena de inmuebles.

La puja se celebra en presencia de un notario que da fe de la adjudicación al mejor postor. El precio de salida corresponde al 75% de su valor de tasación. En caso de que ninguno de los interesados estuviera dispuesto a ofrecer esa cantidad, la subasta se declara desierta.

Los interesados deben depositar una fianza del 10% del valor de la propiedad y, si la operación se consuma, los subastadores obtienen un 3% del vendedor y otro tanto del comprador.

El precio de salida de las viviendas en liza oscila entre los 120.000 euros de un apartamento de obra nueva en Campos, con 80 metros cuadrados y piscina comunitaria, a los dos millones de euros de una finca rústica nueva de Felanitx con aires señoriales y vista hacia la Tramuntana.

Otra empresa especializada, la inmobiliaria CB Richard Ellis, subasta en internet 88 lotes de inmuebles en España, de los que cuatro se encuentran ubicados en Mallorca -Cala d´Or, Palma y Pollença-, con precios que oscilan los 200.000 euros y descuentos de hasta el 38 por ciento, según informó hoy la consultora inmobiliaria. "Lo que sale al mercado suelen ser promociones que han financiado los bancos y debido a la crisis no se han podido pagar. A veces, vienen directamente del promotor. No hay problemas, ni se encontrará a nadie viviendo en el piso que acaba de comprar", explica Emilio Miravet, director de nuevos canales de CB Richard Ellis. Casi todas las entidades han sacado a la venta por internet casas cuyos clientes no pueden hacer frente a la hipoteca. Mientras tanto, el dueño de Zara, Amancio Ortega, ha retirado parte del dinero del mercado bursátil para invertirlo en inmuebles.