Khaled el Masri, el ciudadano alemán, nacido en Kuwait y de origen libanés, que ha denunciado a la CIA por detención ilegal y secuestro, ha revelado que ocho personas encapuchas le subieron al avión cárcel que partió de Mallorca. Además, asegura que fue sedado y atado de pies para su posterior traslado aéreo que tuvo como destino final Kabul.

Según explica en una entrevista publicada ayer por El País, El Masri, de 42 años, salió el 30 de diciembre de 2003 de Ulm, una ciudad situada a 150 kilómetros de Munich donde reside con su mujer y sus cinco hijos. Se dirigía a Skopje, la capital de Macedonia. La tarde del día 31 entregó el pasaporte al conductor en el puesto fronterizo de Tabanovce. Acto seguido la policía de Skopje le condujo a un hotel y se puso en contacto con la delegación local de la CIA. Fue interrogado, golpeado y amenazado con armas de fuego durante 23 días. Pretendían que confesara su pertenencia a Al Qaeda. El lo negaba, pero no le creían. No sabían que este el Masri -un apellido que viene a ser como González en España- no era el que buscaban.

"En Macedonia no fueron muy sutiles. Me propusieron un pacto. El jefe de los policías me dijo que si yo admitía ser miembro de Al Qaeda... ¡me dejaban volver a Alemania! Pero el secuestro más serio empezó el 23 de enero de 2004. Me filmaron en un vídeo en el que yo me identificaba y decía que me habían dejado marchar libremente. Me pusieron esposas y me cubrieron la cabeza con una venda. Entonces me llevaron al aeropuerto, me quitaron la ropa y, mientras que cambiaban la venda, vi a ocho hombres vestidos de negro con los rostros cubiertos con máscaras también negras. ¡Era de película! Enseguida me aplicaron inyecciones en ambos brazos y me introdujeron en un avión atado de pies y manos. Al cabo de muchas horas aterrizamos. Sentí mucho calor. No estábamos en Europa. Me trasladaron a una ciudad que resultó ser Kabul", relató el Marsi a El País.

"Me metieron en una celda subterránea muy pequeña. Hacía mucho frío. Y me golpearon con dureza. Uno de los guardias me dijo: ´Usted está en un país en el que nadie sabe quién es usted; es un país donde no hay ley. Si muere le enterraremos y nadie lo sabrá", añade en su relato Khaled el Masri, sobre su estancia en Kabul, donde asegura que también fue interrogado por un policía alemán que no se identificó. Durante su secuestro hizo varias huelgas de hambre y perdió 30 kilos. Cinco meses después le dejaron libre en la frontera de Albania.

El 22 de enero de 2004, el Boeing N313P alquilado por la CIA llegó a Palma, procedente de Argel, como vuelo privado. La tripulación se alojó en el hotel Marriot Son Antelm de Llucmajor. Según consta en la factura aportada por la investigación de la Guardia Civil, uno de ellos, James Fairing, realizó esa noche dos llamadas internacionales. El avión salió al día siguiente con rumbo a Macedonia, con desayunos calientes y comida para 16 personas y 60 kilos de hielo, 30 de ellos seco, según se observa la documentación aportada por Aena y la factura recabada por la Guardia Civil.

Pese a que la investigación de la Guardia Civil ha permitido identificar a los 13 ocupantes del Boeing N313P que partió de Palma a Macedonia, ni la fiscalía balear ni la española se han puesto en contacto con la alemana que también investiga el caso. Por el contrario, se reunieron con el fiscal de Milán, Armando Spataro, que investiga el caso del secuestro de Abu Omar. El caso de la CIA en Mallorca sigue pendiente de un posible traspaso a la Audiencia Nacional, que defienden el juez y la acusación y al que se opone la fiscalía.