La sociedad en general desconoce esta enfermedad. Después de la operación del trasplante "mucha gente me buscaba la cicatriz por la espalda mientras que la tenía en la parte delantera. También me preguntaban como es que posible que sólo me hubieran puesto un riñón y que encima conservase los míos".

Maria Antònia Genovard asegura que "sólo ves la necesidad de donar órganos cuando te ves envuelto en la situación". Para ello hace un llamamiento no sólo para que se donen riñones sino todo tipo de órganos que puedan salvar la vida de otras personas.

Aunque fue una de las afortunadas, Genovard sabe que su riñón tiene una vida limitada. Aun así cree que "es algo que vale más no pensar".