Cirugía general y digestiva
Hablamos con el Dr. Jose Noguera Cirujano General Hospital Quirónsalud A Coruña
Los cirujanos torácicos hemos pasado de realizar cirugías abiertas, a videotoracoscopias que es como operar con unos “palillos chinos”. Los instrumentos de videotoracoscopia tienen 4 “grados de libertad” o direcciones en las que es posible el movimiento. Los instrumentos robóticos del da Vinci tienen 7 grados de libertad, como la mano humana, lo que le permite una capacidad de manipulación muy superior a la de cualquier instrumento tradicional de cirugía por vídeo. Adicionalmente, estos instrumentos robóticos tienen mayor rango de movimientos que la misma mano humana -rotaciones completas, flexiones de más de 90 grados, etc, así como “escalado de movimientos”, que permite gestos quirúrgicos muy finos y filtrado del temblor fisiológico, lo que aumenta la estabilidad del instrumento y la seguridad de la cirugía.
El robot quirúrgico da Vinci carece de autonomía para realizar movimientos quirúrgicos. Técnicamente es lo que se conoce como un sistema “líder/seguidor” ya que traspone los movimientos realizados por el cirujano en los manipuladores de la consola al instrumental quirúrgico. En este sentido es una asistencia al cirujano, quien es el único “cerebro” del sistema. El robot da Vinci ayuda al cirujano proporcionándole una visión mejorada, estereoscópica, aumentada y en alta definición, así como una habilidad mejorada al filtrar el temblor fisiológico de la mano humana y escalar los movimientos. Esto último significa que un movimiento de tres centímetros de la mano del cirujano se traduce en tan solo un centímetro de desplazamiento del brazo robótico, aumentando enormemente la precisión para trabajar con estructuras críticas.
En cirugía torácica, inicialmente se utilizó el da Vinci para la extirpación del timo -timectomías- o de lesiones en el mediastino, sin necesidad de cortar el esternón. Su utilidad se ha ampliado hasta poder realizar extirpaciones de partes del pulmón -lobectomías-, normalmente por cáncer de pulmón. En la actualidad ya se realizan intervenciones más complejas, con reconstrucciones de vasos sanguíneos o de bronquios, incluso de tumores grandes, y vemos que sus indicaciones son cada vez mayores.
Estamos, honestamente, sorprendidos por los resultados tan positivos que estamos obteniendo. Nuestros pacientes se recuperan más rápido y con menos molestias de lo que era habitual con las técnicas habituales. La visión del campo quirúrgico es inmejorable y la capacidad de movimiento resulta muy superior. Un cirujano que “ve” mejor y “manipula” mejor es un cirujano seguro para sus pacientes. Como en cualquier nueva técnica, sin embargo, la formación y la experiencia resultan fundamentales. Nuestro interés es que cada vez más cirujanos torácicos dominen las técnicas robóticas y estamos comprometidos con la formación de nuestros compañeros de especialidad.
Los beneficios fundamentales son los de la cirugía “mínimamente invasiva”: menos dolor postoperatorio, menos estancia en el hospital, recuperación más rápida de la calidad de vida, menos pérdida de sangre, etc. Todo ello manteniendo o quizás superando los beneficios oncológicos de las técnicas abiertas tradicionales. Podemos operar a pacientes más frágiles, que tolerarían mal la cirugía tradicional. Además, si los pacientes se recuperan antes, también se encuentran en mejores condiciones para afrontar tratamientos adicionales como la quimioterapia, si fueran necesarios.
La cirugía sigue siendo el pilar del tratamiento en las enfermedades malignas extirpables; claramente lo es en el cáncer de pulmón. Al mismo tiempo, los pacientes que operamos son cada vez mayores y más frágiles por lo que resulta imprescindible avanzar en cirugías con la menor agresión posible. En este sentido el futuro de la cirugía, en la mayoría de las especialidades, son las técnicas asistidas por robot. En cirugía torácica la adopción de las técnicas de vídeo fue más tardía que en otras especialidades pero también ha sido más rápida. Con la evolución actual, el cirujano torácico más habitual del futuro próximo será un cirujano asistido por robot.
Estamos ya en la cuarta generación del sistema da Vinci y en cada evolución los sistemas e instrumentos son cada vez más pequeños, más manejables y versátiles; la visión del cirujano es cada vez mejor. En el futuro no solo realizaremos cirugías robóticas manejando los instrumentos a través de una sola incisión, sino que la imagen del campo quirúrgico incluirá los datos de la anatomía del paciente en lo que se llama “realidad aumentada”. Otros sistemas también permitirán que el cirujano se beneficie de la experiencia de compañeros de otros centros en una especie de “evolución colectiva”. Sin embargo, el aspecto más importante para la efectividad de la cirugía robótica sigue siendo la accesibilidad. Los pagadores, tanto públicos como, especialmente, las aseguradoras privadas, deben valorar la evidencia científica y el potencial y permitir el acceso a sus asegurados a estas tecnologías de última generación y a sus beneficios.
Hablamos con el Dr. Jose Noguera Cirujano General Hospital Quirónsalud A Coruña
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