Agosto. Sábado noche. Palma. Una pareja sale a cenar. Tienen el bolsillo lleno y ganas de gastarlo, por lo que empiezan a lo grande y se acercan al nuevo Zaranda, el dos estrellas Michelin que reabrió ayer. «¿Han reservado mesa?» «No». Nada que hacer. Casi al lado está Dins, el estrella Michelin de Santi Taura. «¿Tienen reserva?» Misma respuesta. Caminan por el casco antiguo y los restaurantes que ven en su recorrido, muchos en elegantes hoteles boutique, también están de bote en bote, por lo que deciden dirigirse a la plaza de España, donde se ubica Andana, de Maca de Castro. Más de lo mismo e incluso cola en la entrada. No desesperan, cogen un taxi y se plantan en el Txoko de Martín, ilusos ellos. La primera mesa libre para cenar no es hasta el lunes 6 de septiembre. Ahora sí que empiezan a verlo negro. Su último intento, Vandal de Santa Catalina, aunque no hay suerte. Otra vez les remiten al lunes día 6. Ni siquiera se atreven a probar en zonas como Puerto Portals, Port Adriano, los de Andratx o Sóller, y acaban cenando en su casa una pizza para llevar tras esperar una hora al repartidor.
Alegría en los restaurantes, mesas llenas y listas de espera
Agosto. Sábado noche. Palma. Una pareja sale a cenar. Tienen el bolsillo lleno y ganas de gastarlo, por lo que empiezan a lo grande y se acercan al nuevo Zaranda, el dos estrellas Michelin que reabrió ayer. «¿Han reservado mesa?» «No». Nada que hacer. Casi al lado está Dins, el estrella Michelin de Santi Taura. «¿Tienen reserva?» Misma respuesta. Caminan por el casco antiguo y los restaurantes que ven en su recorrido, muchos en elegantes hoteles boutique, también están de bote en bote, por lo que deciden dirigirse a la plaza de España, donde se ubica Andana, de Maca de Castro. Más de lo mismo e incluso cola en la entrada. No desesperan, cogen un taxi y se plantan en el Txoko de Martín, ilusos ellos. La primera mesa libre para cenar no es hasta el lunes 6 de septiembre. Ahora sí que empiezan a verlo negro. Su último intento, Vandal de Santa Catalina, aunque no hay suerte. Otra vez les remiten al lunes día 6. Ni siquiera se atreven a probar en zonas como Puerto Portals, Port Adriano, los de Andratx o Sóller, y acaban cenando en su casa una pizza para llevar tras esperar una hora al repartidor.
Alegría en los restaurantes, mesas llenas y listas de espera
Agosto. Sábado noche. Palma. Una pareja sale a cenar. Tienen el bolsillo lleno y ganas de gastarlo, por lo que empiezan a lo grande y se acercan al nuevo Zaranda, el dos estrellas Michelin que reabrió ayer. «¿Han reservado mesa?» «No». Nada que hacer. Casi al lado está Dins, el estrella Michelin de Santi Taura. «¿Tienen reserva?» Misma respuesta. Caminan por el casco antiguo y los restaurantes que ven en su recorrido, muchos en elegantes hoteles boutique, también están de bote en bote, por lo que deciden dirigirse a la plaza de España, donde se ubica Andana, de Maca de Castro. Más de lo mismo e incluso cola en la entrada. No desesperan, cogen un taxi y se plantan en el Txoko de Martín, ilusos ellos. La primera mesa libre para cenar no es hasta el lunes 6 de septiembre. Ahora sí que empiezan a verlo negro. Su último intento, Vandal de Santa Catalina, aunque no hay suerte. Otra vez les remiten al lunes día 6. Ni siquiera se atreven a probar en zonas como Puerto Portals, Port Adriano, los de Andratx o Sóller, y acaban cenando en su casa una pizza para llevar tras esperar una hora al repartidor.
Alegría en los restaurantes, mesas llenas y listas de espera
Agosto. Sábado noche. Palma. Una pareja sale a cenar. Tienen el bolsillo lleno y ganas de gastarlo, por lo que empiezan a lo grande y se acercan al nuevo Zaranda, el dos estrellas Michelin que reabrió ayer. «¿Han reservado mesa?» «No». Nada que hacer. Casi al lado está Dins, el estrella Michelin de Santi Taura. «¿Tienen reserva?» Misma respuesta. Caminan por el casco antiguo y los restaurantes que ven en su recorrido, muchos en elegantes hoteles boutique, también están de bote en bote, por lo que deciden dirigirse a la plaza de España, donde se ubica Andana, de Maca de Castro. Más de lo mismo e incluso cola en la entrada. No desesperan, cogen un taxi y se plantan en el Txoko de Martín, ilusos ellos. La primera mesa libre para cenar no es hasta el lunes 6 de septiembre. Ahora sí que empiezan a verlo negro. Su último intento, Vandal de Santa Catalina, aunque no hay suerte. Otra vez les remiten al lunes día 6. Ni siquiera se atreven a probar en zonas como Puerto Portals, Port Adriano, los de Andratx o Sóller, y acaban cenando en su casa una pizza para llevar tras esperar una hora al repartidor.
Alegría en los restaurantes, mesas llenas y listas de espera
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