Ver más galerías relacionadas
AASCAR
Ver galería >Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
AASCAR
Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).
Noticia guardada en tu perfil
Ver noticias guardadasUn equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo. Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).