Todos los viernes se entregan alimentos en la sede de la asociación Amar Ucranïa, un local cedido por la asociación Son Quint-Parc Natural de Ponent que está ubicado en Son Rapinya. El último atendieron en torno a 90 familias, algunas se quedaron sin lote de alimentos porque los recursos de agotaron. Es una estampa que viene repitiéndose en los últimos meses y que se recrudece. «Por suerte, a algunas de ellas pudimos ayudarles la semana pasada», explica algo aliviada una de las fundadoras, Anastasia Kvach. «Las donaciones han caído en picado. Una vez pasó la primera ola de solidaridad los donativos han ido decayendo y cada vez hay situaciones más complicadas y de vulnerabilidad, sobre todo cuando se trata de mujeres solas con niños», relata. «Hay semanas que temo que casi no podremos donar nada. En general, se trata sobre todo de donaciones de entidades», refiere.
El almacén de alimentos y otros artículos.
B. Ramon
Todos los viernes se entregan alimentos en la sede de la asociación Amar Ucranïa, un local cedido por la asociación Son Quint-Parc Natural de Ponent que está ubicado en Son Rapinya. El último atendieron en torno a 90 familias, algunas se quedaron sin lote de alimentos porque los recursos de agotaron. Es una estampa que viene repitiéndose en los últimos meses y que se recrudece. «Por suerte, a algunas de ellas pudimos ayudarles la semana pasada», explica algo aliviada una de las fundadoras, Anastasia Kvach. «Las donaciones han caído en picado. Una vez pasó la primera ola de solidaridad los donativos han ido decayendo y cada vez hay situaciones más complicadas y de vulnerabilidad, sobre todo cuando se trata de mujeres solas con niños», relata. «Hay semanas que temo que casi no podremos donar nada. En general, se trata sobre todo de donaciones de entidades», refiere.
Natalia llevó pañales y un kit de recién nacido a Olga, a punto de tener un bebé.
B. Ramon
Todos los viernes se entregan alimentos en la sede de la asociación Amar Ucranïa, un local cedido por la asociación Son Quint-Parc Natural de Ponent que está ubicado en Son Rapinya. El último atendieron en torno a 90 familias, algunas se quedaron sin lote de alimentos porque los recursos de agotaron. Es una estampa que viene repitiéndose en los últimos meses y que se recrudece. «Por suerte, a algunas de ellas pudimos ayudarles la semana pasada», explica algo aliviada una de las fundadoras, Anastasia Kvach. «Las donaciones han caído en picado. Una vez pasó la primera ola de solidaridad los donativos han ido decayendo y cada vez hay situaciones más complicadas y de vulnerabilidad, sobre todo cuando se trata de mujeres solas con niños», relata. «Hay semanas que temo que casi no podremos donar nada. En general, se trata sobre todo de donaciones de entidades», refiere.
Svitlana y Natalia.
B. Ramon
Todos los viernes se entregan alimentos en la sede de la asociación Amar Ucranïa, un local cedido por la asociación Son Quint-Parc Natural de Ponent que está ubicado en Son Rapinya. El último atendieron en torno a 90 familias, algunas se quedaron sin lote de alimentos porque los recursos de agotaron. Es una estampa que viene repitiéndose en los últimos meses y que se recrudece. «Por suerte, a algunas de ellas pudimos ayudarles la semana pasada», explica algo aliviada una de las fundadoras, Anastasia Kvach. «Las donaciones han caído en picado. Una vez pasó la primera ola de solidaridad los donativos han ido decayendo y cada vez hay situaciones más complicadas y de vulnerabilidad, sobre todo cuando se trata de mujeres solas con niños», relata. «Hay semanas que temo que casi no podremos donar nada. En general, se trata sobre todo de donaciones de entidades», refiere.
Refugiados haciendo cola.
B. Ramon
Todos los viernes se entregan alimentos en la sede de la asociación Amar Ucranïa, un local cedido por la asociación Son Quint-Parc Natural de Ponent que está ubicado en Son Rapinya. El último atendieron en torno a 90 familias, algunas se quedaron sin lote de alimentos porque los recursos de agotaron. Es una estampa que viene repitiéndose en los últimos meses y que se recrudece. «Por suerte, a algunas de ellas pudimos ayudarles la semana pasada», explica algo aliviada una de las fundadoras, Anastasia Kvach. «Las donaciones han caído en picado. Una vez pasó la primera ola de solidaridad los donativos han ido decayendo y cada vez hay situaciones más complicadas y de vulnerabilidad, sobre todo cuando se trata de mujeres solas con niños», relata. «Hay semanas que temo que casi no podremos donar nada. En general, se trata sobre todo de donaciones de entidades», refiere.
Lotes de alimentos e higiene.
B. Ramon
Todos los viernes se entregan alimentos en la sede de la asociación Amar Ucranïa, un local cedido por la asociación Son Quint-Parc Natural de Ponent que está ubicado en Son Rapinya. El último atendieron en torno a 90 familias, algunas se quedaron sin lote de alimentos porque los recursos de agotaron. Es una estampa que viene repitiéndose en los últimos meses y que se recrudece. «Por suerte, a algunas de ellas pudimos ayudarles la semana pasada», explica algo aliviada una de las fundadoras, Anastasia Kvach. «Las donaciones han caído en picado. Una vez pasó la primera ola de solidaridad los donativos han ido decayendo y cada vez hay situaciones más complicadas y de vulnerabilidad, sobre todo cuando se trata de mujeres solas con niños», relata. «Hay semanas que temo que casi no podremos donar nada. En general, se trata sobre todo de donaciones de entidades», refiere.
Todos los viernes se entregan alimentos en la sede de la asociación Amar Ucranïa, un local cedido por la asociación Son Quint-Parc Natural de Ponent que está ubicado en Son Rapinya. El último atendieron en torno a 90 familias, algunas se quedaron sin lote de alimentos porque los recursos de agotaron. Es una estampa que viene repitiéndose en los últimos meses y que se recrudece. «Por suerte, a algunas de ellas pudimos ayudarles la semana pasada», explica algo aliviada una de las fundadoras, Anastasia Kvach. «Las donaciones han caído en picado. Una vez pasó la primera ola de solidaridad los donativos han ido decayendo y cada vez hay situaciones más complicadas y de vulnerabilidad, sobre todo cuando se trata de mujeres solas con niños», relata. «Hay semanas que temo que casi no podremos donar nada. En general, se trata sobre todo de donaciones de entidades», refiere.