Ver más galerías relacionadas
Diario de Mallorca
Ver galería >El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
B. Ramon
El Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.
Noticia guardada en tu perfil
Ver noticias guardadasEl Castell de Bellver, históricamente un espacio de confinamiento, salió ayer de su encierro obligado por la crisis del coronavirus. En la primera fase de la “nueva normalidad”, el castillo tendrá un aforo de 268 personas, un tercio de lo habital. “En la tercera fase ya podremos pasar al 50%”, explica la directora del espacio Magdalena Rosselló. Los tres primeros visitantes de la mañana son locales. En la entrada, ha podido instalarse una mampara y ya se han puesto en marcha los nuevos protocolos de limpieza e higiene. “El castillo está libre de coronavirus, ha estado completamente cerrado, pero las normas son limpiar dos veces al día las salas y seis los lavabos. Aquí casi todo está en vitrinas, pero igualmente aplicamos todas las normas publicitadas por Patrimonio Histórico para desinfectar”, señala. “En los próximos días iremos completando la señalización y para que todo esté mejor ventilado, se han abierto todas las puertas de las salas”, explica. Este martes el castillo podía visitarse en su totalidad excepto la Torre de l’Homenatge, que por custiones de seguridad no podrá abrirse hasta la fase 3, es decir, el 8 de junio.