Biel Company y Margalida Prohens llegaron ayer tarde a la junta directiva regional recién bajados del avión procedente de Madrid, donde habían asistido al comité nacional presidido por Pablo Casado. Ambos fueron recibidos por unos 200 militantes y simpatizantes con aplausos. Pese al cierre de filas y a los aplausos dedicados a Company y Prohens, se respiraba un ambiente de abatimiento entre las filas populares que jamás se había percibido a lo largo de su historia. Tanto el líder popular como la candidata al Congreso mostraban un semblante desencajado que evidenciaba los duros momentos que están viviendo desde el domingo pasado.

Los populares hicieron autocrítica y rápidamente se pusieron a enarbolar la nueva estratgia del partido para evitar otro batacazo en las municipales y autonómicas: "En Balears siempre hemos sido el partido de centroderecha moderado y nunca lo hemos abandonado", aseguró el secretario general Toni Fuster. Los populares saben que tienen cuatro semanas para el milagro de dar la vuelta a la tortilla y recuperar unos votos que antaño eran de su propiedad y que tras lo visto el pasado domingo se los han arrebatado Vox y Ciudadanos.

Fuster afirmó también que el liderazgo de Company, como tampoco el de Casado, están siendo cuestionados. El secretario general habló de "autocrítica por no haber sabido trasmitir a nuestro electorado el mensaje de que somos el único partido de centroderecha moderado y lo que está claro es que si se hubiera concurrido a las elecciones en coalición no se hubieran producido estos resultados".

María Salom llegó tarde, cuando ya había comenzado el discurso. La única ganadora en el PP es ella, mientras que el gran damnificado, el senador Miquel Ramis que ha perdido su escaño, no estuvo presente.