El anunciado batacazo del PSOE tendrá que esperar. Los socialistas detienen en Balears la galopante pérdida de votos de las últimas cuatro elecciones, cambian la tendencia y consiguen retener el segundo diputado que ninguna encuesta les otorgaba. La lista encabezada por Pere Joan Pons obtiene dos mil sufragios más y pasa del 18,3% al 20,08% de los votos. No es un crecimiento para sacar pecho, pero es un espaldarazo de orgullo a la vista de las expectativas electorales previas al veredicto de las urnas. Al PSOE, como recordó anoche Francina Armengol en su valoración, lo daban por muerto no sólo los sondeos electorales, sino también Units Podem Més, coalición que se presentó con el objetivo no disimulado de ocupar por completo el espacio de los socialistas y alcanzar el techo de un Partido Popular dividido y sin dirección. Ese cielo tendrá que esperar, si realmente existía alguna base para creer en él.
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Análisis